Frustracion amorosa y neurosis

Por Miguelmartinez
Un de las causas actuales productoras de trastornos emocionales y de la conducta, suele ser la llamada frustración amorosa. Puede evolucionar a un estado de ansiedad e incluso a un trastorno depresivo. La persona, suele conservar su salud mientras su necesidad de amor está satisfecha por una persona y contrae un trastorno emocional cuando pierde a dicha persona y no encuentra un sustituto de la misma. La felicidad coincide aquí con la salud y la desgracia con las neurosis. Por tanto, la posibilidad de enfermar comienza con la abstinencia amorosa y sexual. La frustración ejerce una influencia patológica ya que provoca un estancamiento de la libido sexual y amorosa, sometiendo a la persona a una prueba de aguante consistente en ver cuánto tiempo podrá resistir tal incremento de tensión emocional y qué caminos elegirá para descargarse de ella. Algunas personas logran resolver dicho cuadro, poniendo su interés en otra persona. Sin embargo, otras personas, se quedan estancada, detenidas en la pérdida y a partir de ahí, su estado mental comienza a declinar de manera preocupante. Cuando se pierde a la persona querida o deseada, la persona cae en un estado de tristeza que cuando se prolonga en el tiempo, puede evolucionar a un estado de melancolía. Dicho estado se caracteriza por la falta de interés hacia el mundo exterior, hacia las nuevas relaciones, aparece un reproche de la persona hacia sí misma por no haber sabido cuidar a la persona perdida. Cuando la persona es abandonada, pueden aparecer sentimientos de venganza que a su vez hacen sentir mas culpable a la persona. El estado de melancolía puede generar ideas de suicidio, lo que le hace ser un estado mental harto peligroso. La persona no ha sabido aceptar la pérdida y todo el interés que antes tenía hacia la persona querida, se transforma en una mirada hacia su interior. Aparece por tanto un conflicto que la persona no logra resolver por sí misma, lo cual hace necesario una intervención terapéutica antes de que pueda producirse un desenlace fatal.