Colonia Carlos Pellegrini es un pueblo tranquilo y pequeño. Recorrerlo da la sensación de volver atrás en el tiempo, con calles de arena y gente muy amable, conserva valores que hoy en día ya casi no existen. Visitar este pueblo es vivir una aventura con aires de antaño, sus calles nombradas en guaraní, con una plaza central repleta de verdes y sin veredas, más el silencio y la naturaleza reinante, hacen de la ciudad de Carlos Pellegrini, un verdadero refugio natural, un necesario respiro para el alma. Un lugar con mucha gente macanuda y muy dispuesta a atender al visitante, como por ejemplo el amigo Hugo Bocalandro de la Posada Yacaré, nuestro lugar elegido para el descanso cuando viajamos hacia allí. El patio de la posada es un lugar espectacular para disfrutar de nuestro hobby sin ningún esfuerzo, las aves muy confiadas y acostumbradas al turista se acercan bastante al fotógrafo permitiendo lograr tomas como las de este Frutero negro a pocos metros de las habitaciones. Amanecer en este lugar es una experiencia inolvidable que nos hará cargar las pilas respirando su aire único antes de regresar a nuestro ajetreo citadino.