Ayer leía este post de Lucía, mi pediatra donde tanto repite " fue solo un segundo " y no podía quitarme de la cabeza aquel 8 de enero de hace hoy 4 años, cuando Bruno, con 6 meses, se me cayó de la cama de su hermana, a un metro de altura aproximadamente. Y digo se ME cayó porque fui yo la que estaba con él; la que durante un segundo, no más, desvió la mirada hacia su hermana, también sobre la cama; la que creía tenerlo delante sin peligro. Un año tardé en quitarme la sensación de culpabilidad y poder "bromear" con el tema.
Aún me recorren escalofríos cuando recuerdo la caída y el golpe directo en la cabeza, y ese ruido estremecedor. Y recuerdo a la perfección el momento en que me dijeron en urgencias que en las placas se veía una fractura craneal y debía quedarse un par de días en observación; y aún oigo a la enfermera diciendo al resto del personal que estaba yo peor que el niño, y desdecirse tras conocer los resultados. Y me recuerdo a mí misma sin consuelo, con mi hermana a mi lado intentando animarme, y llorando ella, que se suponía la fuerte. Y recuerdo la entrada de mi marido en la habitación del peque ya de madrugada, después de un viaje de vuelta que debió de hacérsele eterno pero que hizo en mitad de tiempo, porque la casualidad quiso que precisamente ese día él saliera de viaje de placer para a la media hora de llegar a destino tener que volverse.
Fui yo la que tuvo el despiste; fui yo la que pudo haberlo evitado de no haberle quitado la vista o la mano de encima. No sé si ya en el hospital fui capaz de decir lo de "fue solo un segundo"; ya digo que me inundaba un tremendo sentimiento de culpabilidad. Pero he sido consciente después. Y es que fue solo un segundo, aunque ese tiempo fue suficiente para que ocurriera el accidente.
Por eso no puedo estar más de acuerdo con lo que dice Lucía en su post. Salvo pequeñas excepciones, ningún padre o madre es malo por perder de vista a su hijo durante un segundo, ni irresponsable si le ocurre un accidente. ¿En serio alguien se cree con la autoridad de llamar irresponsable a un padre o madre de un nene accidentado? Leer para creer.
Todos, TODOS, en algún momento, hemos perdido de vista a nuestros hijos, aunque sea un segundo. Lo más seguro es que en la mayoría de casos no haya sucedido nada, han sido segundos salvados. En otras, las menos por suerte, ese segundo puede haber supuesto una desgracia. No fue nuestro caso, ya que Bruno tuvo una muy buena recuperación, sin secuelas, pero todos conocemos casos muy desgraciados.
Los riesgos están ahí, forman parte de nuestra vida, pero considero que nosotros, como adultos, debemos valorar los que queremos correr y los que no; los que son prácticamente inevitables, a menos que tengamos a nuestros hijos en una burbuja, y los que se corren de forma innecesaria, esos que intentando evitarlos no vamos a coartar en exceso la libertad y crecimiento del niño. Los otros están queramos o no, así que, ¿por qué añadir más? Me estoy refiriendo, por ejemplo, a poner barreras en las escaleras, o las esquineras en las mesas, o los protectores de los enchufes. Porque no sé vosotros, pero yo no tenía ni fuerza ni ganas de estar pendiente 100% cada segundo. Un dedo pillado por una puerta seguramente no irá más allá, no es mortal o irreversible, pero un golpe mal dado en la cabeza puede ser fatal, igual que electrocutarse, y en ocasiones es evitable fácilmente. Yo también conozco casos en los que no se ha utilizado ningún sistema de seguridad de estos y nunca ha pasado nada. Claro, es que no siempre que se corren riesgos ocurren accidentes, pero existen más posibilidades.
No me considero apenas sobreprotectora, lo que sí intento es estar alerta, por precaución. Quizá no obligue a mi hijo a bajar de una altura elevada, pero me mantendré cerca para, en caso de caída, poder rescatarlo al vuelo, por ejemplo. Cada uno asume los riesgos que considera, pero por favor, no olvidemos que cada segundo cuenta. Y que el " fue solo un segundo " está ahí, para el más sobreprotector y para el más pasota.