Fuego es la poesía que traslada sentimientos por el humo de hermosas palabras.
Fuego es el juego de las sombras en la mitad del claro de luna.
Fuego es ese amor de luego que nunca volverá.
Fuego es el ego que se fue para no volver.
Fuego es sentir en tus faldas el calor del volcán.
Fuego es la garganta a donde van todos los besos en los que el deseo consigue culminar.
Fuego, en esencia, es el velo que deja correr tu pelo a través de las caricias del más acá.
Fuego es y será aquello que se consume, algo a mano que nunca podremos tocar sin quemarnos con sus llamas, mortales, transparentes, hijas de la calma.
El Fuego es fuego y el hambre es hambre. No tengas prisa niña leña que tu vida... está que arde.
Chema García