Fuentes cercanas de rayos cósmicos

Por Adolfovich
Otra vez el Plasma eléctrico
El siguiente artículo avala y confirma la teoría de Hannes Alfvén (1908-1995), Nobel de Física en 1970, de que el Sol (las estrellas en general) forman parte de un inmenso circuito eléctrico cósmico, y que los rayos cósmicos que detectamos en la Tierra pueden también ser originados en los procesos eléctricos de gran energía que tienen lugar en las DL (Dobles Capas) del plasma espacial. Este fenómeno se explica en este Blog en la página dedicada al Sol (VER aquí).
En Mayo de 2011, se publicó en New Scientist un importante artículo de Anil Ananthaswamy, titulado “Extrañas fuentes de rayos cósmicos acechan nuestro cielo meridional”.
Los rayos cósmicos que golpean la Tierra sobre el Polo Sur parecen provenir de lugares particulares, y no distribuidos uniformemente en el cielo. Similares fuentes (“hotspots”) de rayos cósmicos también han sido detectadas en el hemisferio norte. Sin embargo todavía no se han encontrado fuentes lo bastante cercanas para producir el patrón detectado.
No sabemos desde dónde vienen”, asegura Stefan Westerhoff de la Universidad de Wisconsin-Madison. Westerhoff y su equipo han utilizado el observatorio de neutrinos “IceCube” en el Polo Sur, para generar el mapa más comprensible de cara a establecer la dirección de llegada de los rayos cósmicos en el hemisferio sur.

Detector IceCube en el Polo Sur


El IceCube utiliza detectores de neutrinos enterrados en el Polo Sur. El IceCube detecta los muones (partículas elementales cargadas negativamente con masa unas 200 veces mayor que el electrón) producidos por neutrinos que golpean el hielo, pero también detecta a los muones creados directamente por los rayos cósmicos que golpean la atmósfera de la Tierra. Estos muones de rayos cósmicos pueden ser usados para explicar la dirección de la partícula del rayo cósmico original.
Entre mayo de 2009 y mayo de 2010, IceCube detectó 32 mil millones de muones de rayos cósmicos, con una energía promedio de 20 Tera-electron-voltios (1 Tera=1 billón). Estos muones revelaron, con un valor estadístico extremadamente alto, un mapa del cielo meridional con algunas regiones con exceso de rayos cósmicos y otras con claro déficit.
A lo largo de los dos últimos años, se ha podido observar en el hemisferio norte un patrón similar, utilizando el observatorio Milagro en Los Álamos, Nuevo México, y el Air Shower Array en Yangbajain (Tibet). “Es muy interesante que el patrón experimental pueda ajustarse entre ambos lugares, al menos cualitativamente. Utilizan técnicas muy diferentes y efectos sistemáticos”, declara el físico de rayos cósmicos Paul Sommers de la Universidad Estatal de Pennsylvania. “Veo estos hotspots de rayos cósmicos como un gran misterio”.
Se trata de un misterio ya que estos hotspots deben ser producidos a una distancia de aproximadamente 0,03 años luz de la Tierra (300 mil millones de km = 1000 veces la distancia de la Tierra al Sol --> ¡ muy poco!!). Más aún, los campos magnéticos galácticos deberían desviar las partículas de tal forma que los hotspots se nos presentarían muy dispersos por todo el cielo. De todas formas, no se tiene constancia de estas fuentes tan cercanas a la Tierra.
En los años 1920, Irving Langmuir y Harold Mott-Smith demostraron que en un tubo de descarga el plasma forma una fina capa de separación entre él y la pared o una sonda y lo apantalla del campo eléctrico. El campo eléctrico en esta separación o “doble capa” de separación de las cargas, acelera las partículas cargadas (VER “Doble Capa” (DL) en este blog). En 1958 Alfvén sugirió que este fenómeno podría ser de gran trascendencia en los plasmas cósmicos. Las fuentes de rayos cósmicos situados a lo largo de los ejes del Sol fueron predichos por Alfvén en 1986. Él explicaba, “Desde la época de Langmuir, sabemos que una DL es una formación de plasma por la cual un plasma –en el sentido físico de la palabra- se protege a sí mismo de su entorno. Sería análogo a la pared de una célula por la cual un plasma –en el sentido biológico de la palabra- se protege a sí mismo de su entorno. Si se produce una descarga eléctrica entre un cátodo y un ánodo, hay una DL, denominada “terminación de cátodo” producida cerca del cátodo y que acelera los electrones que transportan una corriente a través del plasma. De forma similar, se establece una DL cerca del ánodo, protegiendo el plasma de este electrodo. Todas estas DLs transportan corrientes eléctricas".
Debido a su propiedad de generar rayos cósmicos, radiación de sincrotrón, interferencias de radio y explosiones energéticas ocasionales, Alfvén propuso que “Las DLs pueden ser consideradas como una nueva clase de objetos celestes… Por ejemplo, el sistema de corriente heliosférica debe cerrarse a largas distancias, y si es posible –probablemente- que estos se lleve a cabo mediante una red de filamentos de corriente. Muchos de estos filamentos pueden producir DLs y algunos de ellos pueden explosionar”. Para hacernos una idea de su omnipresencia en el espacio, las DLs están implicadas en fenómenos como las auroras boreales, chorros extragácticos, chorros estelares, novas y supernovas, rayos-x, ráfagas de rayos-gamma, rayos-x de pulsars, radio fuentes dobles, llamaradas solares y la fuente de aceleración de rayos cósmicos.
Parece ser que las DLs de Alfvén han sido detectadas en la forma de “fuentes de rayos cósmicos” generados en filamentos de corrientes de Birkeland a “menos de 0,03 años luz” del Sol. Estos hotspots deberían estar alineados con el campo magnético local interestelar. La energía media de los rayos cósmicos detectados a 20 TeV están dentro del rango esperado para una DL cósmica.
CONCLUSIÓN: Alfvén no llegó a considerar a una estrella como un fenómeno de descarga eléctrica. Pero si las estrellas se cargan a través de un circuito eléctrico galáctico, entonces las consecuencias de este simple hecho serían profundas para la ciencia y la sociedad. Durante muchos años hemos estado siguiendo un espejismo de conocimiento que conduce a un desierto de ignorancia. Nuestra historia del Sol es solo un mito. El santo grial de la fusión nuclear “como el Sol” es un camino erróneo. De hecho, nuestra cosmología del “big bang”, la formación de las galaxias, la formación del Sol y su familia de planetas y la historia de la Tierra no es más que ficción. Ignora a la más poderosa fuerza eléctrica organizadora, a favor de la fuerza más débil, la gravedad. La mayor parte de nuestra “gran” Ciencia, como los costosísimos experimentos de fusión y las misiones espaciales, han sido un derroche y una pérdida de tiempo. Todas las ciencias deberían ser re-examinadas desde una perspectiva interdisciplinar fresca basada en un Universo Eléctrico interconectado.

Hannes Alfvén recibe el Premio Nobel de Física el 11 de diciembre de 1970


Y como punto y final, unas palabras de Alfvén, que en su discurso de aceptación del Nobel de Física el 11 de diciembre de 1970, dio el paso -sin precedentes- de predecir el golpe de la astrofísica al final de su largo y oscuro túnel: “En conclusión, parece que la astrofísica es demasiado importante como para ser dejada en manos de astrofísicos teóricos que han recibido su educación académica de los libros de texto. Los datos espaciales multimillonarios de los telescopios astronómicos deberían ser tratados por científicos que estén familiarizados con el laboratorio y la física magnetosférica, teoría de circuitos y, por supuesto, con la moderna física del plasma. Más del 99% del Universo consiste en plasma, y la relación entre la fuerza electromagnética y la gravitacional es de 10^39”.
(Fuente: http://www.holoscience.com)