Fuera de ningún sitio, de Macario Polo

Publicado el 17 diciembre 2010 por Goizeder Lamariano Martín
Título: Fuera de ningún sitio Autor: Macario Polo Editorial: Luarna Año de publicación: 2009Páginas: 217ISBN: 9788492684175

Hace cuatro meses la editorial digital Luarna tuvo el detalle de enviarme este libro. Lo primero que quiero hacer es pedirles disculpas por haber tardado tanto en leerlo y lo segundo, darles las gracias por enviármelo. Cuando Luarna puso a disposición de Cuéntate la vida su catálogo no tuve que pensarlo mucho para elegir. 

Fuera de ningún sitio me llamó enseguida la atención. Una novela cuyo protagonista es un profesor universitario que, además, trabaja como asesino a sueldo. Intriga, tensión, novela negra. Y, por si fuera poco, la propia escritura y la literatura como un personaje más de la historia. La cosa pintaba muy bien. Este libro, ante todo, no me ha dejado indiferente. Me ha sorprendido en cada una de sus 217 páginas tanto por la historia que nos cuenta como por la forma de contarla. Poco a poco vamos conociendo al protagonista, del que nunca sabemos su nombre pero del que sí sabemos que tiene mujer, dos hijos y un puesto como profesor universitario. Es un hombre de ciencias que, además de dar clases, investiga y se ocupa de las tesis y doctorados de sus alumnos. Pero todas estas actividades también le dejan tiempo para, de vez en cuando, viajar a La Habana y ganarse algún dinero y unas cuantas cajas de puros como asesino a sueldo y como correo de importantes documentos que luego entrega en Madrid. Sin embargo, se trata de una novela coral en la que todos los personajes tienen prácticamente la misma importancia. Y todo por culpa de los equívocos y de los enredos que los atraparán a todos en una red de la que ni siquiera el lector, mudo testigo de los acontecimientos, sabrá salir hasta que no descubra el sorprendente final de la historia. En su último encargo como asesino a sueldo, el profesor es víctima de un cambiazo, ya que alguien cambia su maletín por otro exactamente igual, pero sólo en apariencia. El protagonista sospecha de Ramón Stoller, un colega suyo de la universidad, un profesor de letras interesado en colaborar con él en un proyecto. Pero no tiene en cuenta al doctorando de Stoller, Manuel Paz, ni a su propio discípulo, Antonio Ugarte ni, mucho menos, la relación que existe entre estos dos alumnos. Como tampoco tiene en cuenta la relación que existe entre Manuel Paz y su propia mujer, Teresa. Porque esta historia está llena de casualidades que nos sorprenderán y nos harán reflexionar sobre lo poco o mucho que conocemos de las personas que nos rodean y de quiénes son realmente nuestros familiares, nuestros amigos, nuestros compañeros de trabajo y cómo es su verdadera vida e, incluso, la nuestra. Para recuperar su maletín e intentar averiguar el misterio en el que se ha visto envuelto el profesor viaja hasta Roma y Florencia siguiendo a Stoller. Sin embargo, no sospecha que el perseguidor se convertirá en perseguido y que la solución al misterio no está en Italia, sino en España y, sobre todo, en una ciudad europea que ni siquiera nosotros los lectores sabemos cuál es. Esta novela nos enseña que las apariencias engañan, que todos nuestros actos tienen consecuencias, incluso muchos años después, y que aunque queramos ocultarlo u olvidarlo, el pasado, nuestra historia, nuestra vida, siempre vuelve y sale a la luz. Otra cuestión que me ha sorprendido y que me ha gustado mucho de esta historia es el importante papel que desempeña la escritura y la literatura en toda la trama. Teresa, la mujer del protagonista, y Manuel Paz, su doctorando, asisten al mismo taller de escritura y precisamente será un relato que escriban el que desencadene la última parte de la historia. Asimismo, el propio autor, Macario Polo, se sirve de numerosas citas de obras de Cervantes, Luis Landero, Muñoz Molina, Juan Manuel de Prada, Cortázar, Enrique Vila-Matas, Javier Marías, Pío Baroja, Luca de Tena, Saramago, Rubén Darío, Borges o Galdós para construir su novela. Y, por si no fuera suficiente, también sorprende a los lectores hablándonos directamente como narrador, cuestionándose si es un narrador testigo o un narrador omnisciente y refiriéndose en algunos casos a lo sucedido unos párrafos más atrás. Esta reflexión y esta metaliteratura, al menos en mi caso, lejos de sacarme de la historia o desconcentrarme, me ha sorprendido y me ha parecido algo muy positivo, novedoso y original. Una forma diferente de contarnos una historia que nos habla de asesinatos, de apariencias, de amor, de sueños, de coincidencias, de intriga, de secretos, de amistad y, sobre todo, de literatura. De la literatura que está en todas partes y, al mismo tiempo, también fuera de ningún sitio.