Fuerte de San Cristóbal (Badajoz)

Por Gabriel Fernández Muñoz

 Cuatro eran los fuertes que defendian la ciudad abaluartada desde el exterior. El de San Cristóbal, situado en la margen derecha del Guadiana era el más importante de todos, puesto que desde su ubicación sobre el Cerro de San Cristóbal, domina la ciudad. El de la Cabeza del Puente, cerraba y protegía la salida del mismo, en el camino de Portugal. Defendiendo la zona mas débil de la plaza, frente a la Puerta del Pilar se encontraba el desaparecido fuerte de Pardaleras. Completaban el recinto exterior el Revellín de San Roque y el Fuerte de la Picuriña, también conocido como del Príncipe.  El fuerte se encuentra sobre el antiguo cerro y palacio de los Duques de Orinace. En el mismo cerro, donde Ibn Marwan quiso fundar el primitivo Badajoz, en el siglo IX, pero el Emir de Córdoba, para llevarle la contraria y al ver que se interponía el río entre el y el cerro, se lo negó, mandándole al cerro de enfrente, el de la Muela.   Sus obras se iniciaron en el siglo XVII, como parte de un proyecto para fortalecer las defensas de la plaza. Está compuesto por dos pequeños baluartes unidos por una cortina defendida al norte por una hermosa luneta o revellín. Al sur, dos semibaluartes se encuentran unidos a la gola. Un amplio foso rodea la fortificación. Un camino cubierto unía esta fortaleza, con el hornabeque de la Cabeza del Puente. En su origen tenía en su interior dependencias para la guarnición así como polvorines. A finales del siglo XIX es destinó a centro correctivo, ampliándose las edificaciones interiores destinadas a presos (tanto oficiales como suboficiales), a la comandancia y a los vigilantes de los reclusos. En Enero de 1811, durante la Guerra de la Independencia Española, comenzó el asedio francés a Badajoz, defendida por las tropas del General Menacho. Poco después llegó a la ciudad 12000 soldados españoles al mando del General Mendizábal que estableció su campamento al abrigo de este escepcional Fuerte de San Cristóbal. La noche del 18 de Febrero de 1811, el ejército francés cruzó el guadiana sin ser advertido, atacando las posiciones del General Mendizábal por sorpresa siendo derrotado y sufriendo numerosas bajas y prisioneros. Esta batalla que se conmemora en el Arco del Triunfo de París fue decisiva para la rendición de la ciudad el 10 de Marzo de 1811. Un pedacito de historia de la ciudad de Badajoz. Bala de Cañón original incrustadaen la escalera de acceso a la muralla
En 2013 el fuerte ha sufrido una restauración, que en mi muy humilde opinión, ha sido un auténtico desastre, se ha tirado el interior y se han construido uno horrorosos edificios de cristal que nada tienen que ver con la historia del fuerte, eso si, el centro de interpretación es una maravilla, pudiendo interacionar y entender la historia de la raya. Todo lo contrario que la rehabilitación realizado a pocos kilómetros de este lugar, en Elvas, en el Fuerte de Graça.  Fuerte antes de su Rehabilitación, en 2012
 Patio de Armas después de la Rehabilitación de 2013