Las autoridades japonesas reaccionaron rápidamente, emitiendo un aviso de evacuación para las áreas costeras de la prefectura de Okinawa. La Agencia Meteorológica de Japón (JMA) advirtió que se esperaban olas de tsunami de hasta 3 metros en amplias zonas de la costa suroeste del país. Efectivamente, un tsunami de 30 cm alcanzó la isla de Yonaguni a las 9:18 horas (0018 GMT), confirmó la JMA.
Este evento ocurre en un contexto donde Japón todavía se recupera del terremoto más mortífero de los últimos ocho años, que tuvo lugar el día de Año Nuevo en la prefectura de Ishikawa, en la costa occidental, con una magnitud de 7.6. Aquel sismo resultó en más de 230 muertes y la destrucción total o parcial de 44,000 viviendas.
Japón, ubicado en una de las zonas de mayor actividad sísmica del planeta, experimenta aproximadamente una quinta parte de todos los terremotos del mundo de magnitud 6 o superior. Estos eventos naturales han llevado a situaciones de emergencia en el pasado, incluyendo la crisis nuclear más grave desde Chornobyl.
A pesar de la gravedad del sismo en Taiwán y las alertas en Japón, el Centro de Alerta de Tsunamis de la Secretaría de Marina ha indicado que no se esperan variaciones significativas del nivel del mar en las costas de su territorio. Este anuncio proporciona cierto alivio frente a la preocupación inicial por posibles impactos más amplios del tsunami generado por el sismo cerca de Taiwán.