El tarro blanco es un ave curiosa e inconfundible, a medio camino entre ganso y pato. Se encuentra bastante extendida por Eurasia, aunque las poblaciones presentan comportamientos diferentes. En el oeste de Europa, donde vive asociada a medios litorales, es básicamente sedentaria, y sólo las poblaciones más norteñas presentan un carácter migrador. El límite sur de invernada se halla normalmente en el oeste de Francia, y al norte de la Península sólo llegan individuos aislados.
Por eso, aunque sea de forma fugaz, resulta una alegría ver a esta anátida tan escasa en Asturies. Después que pasó el chubasco y regresamos a ver si estaba, por supuesto ya no la pudimos localizar. Las fotos de la entrada están hechas por ambos.
Por cierto, a continuación me encontré en la ensenada de Moniello con unos compañeros de Málaga que habían venido hasta Gozón a observar la migración de aves marinas. Me comentaron que a lo largo de la mañana habían visto entre 15 y 20 tarros en migración, lo cual debe ser un dato sin precedentes en aguas asturianas (excepto en olas de frío).