El lugar ahora posee una radiación inmensa, y el problema que tienen los científicos y los trabajadores que buscan depurar el lugar o restaurarlo, es que ni los robots han podido entrar en los reactores. Las sondas robóticas que han enviado simplemente “mueren”, pero ¿cómo es posible?
La planta nuclear en Japón ha causado la muerte de varios robots
Muerte en los circuitos
La radiación sólo debería de poder afectar a los seres vivos, ¿verdad? Pues esto es una concepción falsa, aunque es bastante común. La radiación es energía, pero no cualquier energía, esta viaja hasta que logra ser absorbida por algo, como nuestros cuerpos, en cuyo caso, dicha energía altera nuestro ADN, causando mutaciones aberrantes, cáncer, envenenamiento y muerte…
La energía radiactiva puede afectar los componentes roboticos
Pero, los robots no pueden contraer cáncer. ¿Qué ocurre entonces? El problema es que la radiación busca ser absorbida, y no sólo el tejido viviente es capaz de absorber radiación. Los robots pueden absorber también esta energía en sus circuitos, cuyos materiales alojan la energía radiactiva, y terminan por degradarse poco a poco hasta que ya no pueden funcionar.
Los caídos en Fukushima
La robótica de campo no es tan avanzada como la que vemos en los shows de tecnología y las presentaciones de lugares como el MIT. En realidad, los robots no han cambiado su configuración básica desde hace 20 años y se ven mucho como los de las películas de los 80s.
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