Takashi Sasaki es un profesor de español jubilado que vivía con su mujer en una casa a escasos viente kilómetros de la central. El gobierno japonés decretó que toda aquella área sería considerada una zona de exclusión. Esto implicaba que los vecinos deberían abandonar sus casas y enseres para acudir a centros de refugiados, donde se hacinaban esperando una explicación que nunca llegaba. Sasaki decidió rebelarse contra esta situación y quedarse en su casa. Además, la demencia precoz que sufría su mujer no le permitía realizar viajes largos ni tampoco permanecer en las condiciones de los refugios. Desde su pequeña ciudad, comenzó a contar en su blog sus peripecias y a criticar tanto la actitud del gobierno, así como a una lucha encarnizada contra la energía atómica. El blog, llamado Monodiálogos según el término acuñado por Miguel de Unamuno, ya existía antes del terremoto, pero fue a raíz de decidir quedarse en su casa, cuando alcanzó un gran éxito de visitas. Fueron muchos los que siguieron las peripecias de este anciano profesor, tanto en sus protestas contra la energía nuclear, como contra el gobierno que sacaba a los ciudadanos de sus casas, como en sus hondas reflexiones filosóficas, que enlazan con el ya citado Unamuno o con Ortega y Gasset. Por otra parte, Takashi Sasaki combinaba estas entradas con la narración sencilla de su vida diaria y de la rutina con su mujer, en unas historias llenas de sencillez y cariño. Son especialmente notables las descripciones de los paseos por el parque, de la amabilidad vecinal o de las travesuras de su nieta Ari. Se trata por lo tanto de un alegato contra la energía nuclear, pero también contra el absurdo de la burocracia, contra todo lo que estaba preestablecido y contra las rígidas estructuras estatales, incapaces de avanzar y de adaptarse a una situación nueva. Se trata de un libro lleno de crítica, pero también de esperanza en medio del infierno de aquellos días.
Satori Ediciones nos trae una edición de este libro, con una cuidada traducción de Francisco Javier de Esteban Baquedano y un prólogo de Florentino Rodao. Además, el volumen se completa con mapas sobre el terremoto y con fotografías del propio Takashi Sasaki.