Cortinas de álamos, almas que crecen; alquimias, pastos frescos.
Un caballo blanco, mujer-vida, a lomos del más allá de la muerte.
Fulgor. Jardín privado. Calle decimonónica; navajas,
maletín
de roja huida.
Solo, abrigo y lluvia. Un ángel caído y dos guitarras te cantan a la cara.
Luz y canto:
abre tú las puertas...
y siente.
Chema García