Tras estar cinco años sin fumar, he vuelto a reconciliarme con la nicotina (Si, lo se. No es una buena elección). Esa amiga que aunque no estuviera por mi propia voluntad, siempre estaba cerca de mi. Como el asesino que acecha a la victima, pero deja que al lo haga todo sin que tenga que mover un solo dedo por su parte. Y yo se que no es buena y me matara, pero estoy en uno de mis peores años de mi vida. Y en algunos momentos es como si estuviese muerto en vida. No se puede uno mirar atrás y contemplar como los últimos años de su vida fueron una verdadera mentira, una interrogación pasada o maquillada por una verdad a medias. Y aunque el tabaco no sea en ningún momento la solución, hoy me fumare otro cigarro para variar, ya vendrán tiempos mejores... eso espero.