Mea culpa! Soy culpable. Fumé durante el embarazo. No lo digo con orgullo u honra, todo lo contrario, porque sé que está mal. ¡Claro que está mal! Y esto es algo que no es discutible porque, independientemente de que se haga durante el embarazo, el tabaco es dañino para la salud. La cuestión es que a pesar de que esté mal, el que una embarazada fume no justifica que se la criminalice o se la juzgue tan duramente.
Todas las madres sabemos los innumerables efectos adversos que tiene el tabaco sobre el feto y sobre la propia madre también: bajo peso al nacer del bebé, parto prematuro, envejecimeinto de la placenta, etc. El problema viene en que dejar de fumar NO es nada fácil y tratar de hacerlo, muchas veces trae consecuencias también negativas para el feto. No basta únicamente con querer dejarlo, porque, si no, a día de hoy, nadie con dos dedos de frente fumaría. Es algo más complicado de lo que parece, de hecho, si no eres fumador no lo puedes entender.
Cuando me quedé embarazada mi ginecóloga me preguntó si fumaba. Afirmé. Tras lo cual me dijo que intentase reducir al mínimo el consumo de tabaco incluso que lo dejase si era capaz. Al conocer que tenía bastante propensión a la ansiedad, me dijo que era mejor fumar unos tres o cinco cigarrillos al día que tener ansiedad, ya que ésta podría provocar, con mucha más facilidad que el tabaco, que todo terminase en aborto. ¡Claro que es mejor no fumar!, me reitero en que esto no es debatible, pero partiendo de la base de que la madre es fumadora, hay que buscar la mejor solución posible tanto para la madre como para el futuro bebé.
Y a pesar de que no se deba fumar durante el embarazo, hay que ser más comprensivo con las embarazadas que lo hacen, porque se les juzga muy duramente. Ellas saben que está mal pero si fuman es por algo: porque NO pueden dejarlo, o no sin poner más en riesgo la vida que llevan dentro. Y no por ello son peores madres no deben fustigarse por ello.
Yo sabía que fumar durante el embarazo estaba mal y me sentía culpable, lo cual me generaba más ansiedad, entrándome con ello más ganas de fumar, vamos, la pescadilla que se muerde la cola. No se pasa nada bien saber que estás haciendo algo que no debes pero que no puedes hacer nada porque sería peor el remedio que la enfermedad. Me sentía la peor madre del mundo y eso que aún ni siquiera lo era.
Daba igual que mi ginecóloga me dijese que era mejor en mi caso que fumase, daba igual que me dijese también que tenía la placenta como la de una embarazada no fumadora. Sin conocer esta historia que tenía detrás, me tenía que esconder para fumar porque he tenido que escuchar todo tipo de comentarios aberrantes: "Qué mala madre", "Mira, mira a esa chica, !qué vergüenza!!". ¿Vergüenza?? Vergüenza es ser un maleducada y una descarada juzgando a los demás, siendo además ignorante de las circunstancias. Si pudiese dejar de fumar lo haría de manera ipsofacta.
Lo que más me ha chocado es que he tenido que oír como otras mujeres me decían que era una barbaridad fumar durante el embarazo mientras cuando ellas se quedaron embarazadas no se saltaban la copita de vino en las comidas o comían jamón. WTF!! ¿Se juzga el tabaco pero no el consumo de alcohol? El tabaco es adictivo pero el alcohol, a menos que seas alcohólico, NO, por lo que dejar de consumir alcohol es más sencillo. Por no hablar del enoooooorme sacrificio que es no comer jamón y similares durante nueve meses... Antes de criticar hay que usar un ESPEJO y no una lupa.