FUNDAMENTOS DEL MODELO EDUCATIVO DoceCO

Publicado el 20 mayo 2014 por Manuel LÓpez Prieto @rigoly

Ante cualquier cambio y más si este se produce en Educación, necesitamos plantearnos en los centros educativos una estrategia, un plan de trabajo para dar la mejor repuesta a la Reforma Educativa. Estemos o no de acuerdo, la LOMCE es una realidad que debemos afrontar con las máximas garantías.Presento a continuación los fundamentos básicos de un modelo que va más allá de la educación, podríamos afirmar que sirve para cualquier ámbito profesional en el que estén implicados en un  mismo trabajo más de dos personas, mas de dos maestros.

1.   Consenso

La democracia griega se fundamenta en el consenso y quizás también la nuestra (aunque este es un quizás demasiado mayúsculo). Necesitamos llegar a acuerdos en torno a un tema: ¿Qué colegio (empresa) queremos tener? ¿Qué es lo mejor para nuestros clientes: alumnos y familias? En muchas ocasiones sólo pensamos en que es lo mejor para mí, para el maestro o profesor y nos olvidamos de lo realmente importante y la razón de ser de nuestra vocación: LOS ALUMNOS Y ALUMNAS que nos necesitan para crecer.El consenso no implica la aceptación del 100% de los integrantes, basta con el consentimiento activo de cada persona individual. Nunca podremos tener el mismo pensamiento dos personas distintas. Opiniones diferentes  y responsables enriquecen la vida de un centro educativo. Esto no significa confrontación. El disenso por definición no debiera tener cabida en nuestras escuelas e institutos. Cuanto más amplio sea el consenso, mayor será el éxito que se persigue.

2.   Coordinación

No se entiende un centro educativo y cualquier empresa sin la integración de cada uno de los niveles, ciclos, departamentos, etc. trabajando en común para alcanzar un objetivo previamente consensuado. Cualquier tarea hemos de coordinarla ya que los caminos solitarios suelen finalizar en la nada.Conectamos los esfuerzos individuales para conseguir mejorar los resultados de nuestros clientes. La gestión de las diferentes actividades que un centro educativo realiza a lo largo de un curso académico pierde el sentido sin una coordinación eficaz y eficiente. Necesitamos coordinarnos y dejarnos coordinar. Como dice el refrán: “Buen labrador es el que se deja labrar”.


3.   Colaboración

En la sociedad actual difícilmente conseguiremos buenos resultados si trabajamos  de forma individual. Colaborar con el que tenemos al lado en la consecución de los objetivos finales es primordial en la escuela. Solos no podremos conseguir nada. Ayudarse en el trabajo diario implica aprender y no estancarse en nuestros conocimientos. El trabajo colaborativo arranca lo mejor de cada individuo e impregna al grupo de los elementos necesarios para conseguir el éxito. Yo hago o me encargo de… y tú haces lo que yo no sé hacer o tú lo haces mejor: “Yo saco la foto y tú escribes el artículo”

4.   Coherencia

Trabajar en la misma dirección. Utilizamos distintos recursos, distintos materiales, distintas pedagogías (cada maestrillo tiene su librillo) pero han de ser coherentes. La unión entre los maestros atiende a una lógica pedagógica intrínseca a la labor de enseñar.Si decidimos consensuadamente una manera de trabajar o hacer debemos comprometernos y ser coherentes a los acuerdos alcanzados. Un garbanzo podrido no estropea el cocido pero puede corromper el garbanzo de al lado y este a su vez a otro hasta estropear la receta.

5.   Cooperación

Cada vez estamos más acostumbrados a cooperar con personas y/o empresas que comparten un mismo interés u objetivo consensuado como meta final de nuestro trabajo. La didáctica sin cooperación pierde su sentido. Enseñamos a nuestros alumnos a trabajar en equipo como eje fundamental educativo para alcanzar con mayor eficiencia y facilidad los mejores resultados y nos escondemos cuando nos toca a nosotros. No hay mayor satisfacción que un trabajo cooperativo donde cada trabajador da lo mejor de sí mismo. Satisfacción personal y grupal.   

6.   Competencia


Un maestro (trabajador) competente es el desarrolla su trabajo y demuestra ser capaz de realizarlo exitosamente. Ser maestro implica estar en constante transformación. Siempre estamos aprendiendo y adaptándonos a las necesidades que nuestros alumnos requieren. La incompetencia no tiene cabida en nuestras escuelas porque chirría demasiado. El alumno necesita un maestro capaz y este a su vez necesita un maestro compañero sabio en todas las competencias que tan de moda se han puesto en nuestro sistema educativo.Se nos pide desarrollar las competencias básicas (7 según la LOMCE)  de nuestros alumnos y no nos dan las herramientas necesarias para desarrollar las nuestras como profesionales de la educación.

7.   Convivencia

El ser humano necesita de los otros para vivir. No podemos ser sólo personas individuales. Trabajamos diariamente con otros profesionales en una misma dirección (no sólo nuestros clientes: alumnos y sus familias). Interesarse por conocer los problemas y situación de las familias de nuestros alumnos es de vital importancia. La sociedad actual ya no sólo nos pide enseñar a nuestros alumnos. Nos pide educarle en y para la vida e incluso a sus propios progenitores preocupados de todo menos de sus hijos. La figura del maestro, en amplio sentido de la palabra, deberá alcanzar también a padres inexpertos que no saben como afrontar la educación de sus hijos.Por otro lado, la deshumanización del trabajo, a veces conlleva al desconocimiento del compañero que tenemos al lado; sus problemas e inquietudes. ¿Está casado, tiene hijos, tiene a cargo a sus padres, le gusta leer, escribe poesía o el bricolaje es su pasión? Nos pasamos horas que se convierten en años con nuestros compañeros y apenas sabemos nada de su vida.Se hace necesario dar un impulso a las relaciones sociales en el trabajo (sobre todo en centros educativos con un claustro numeroso). Tomar un vino, comer juntos, ir de vuelta a casa charlando con un compañero humaniza las relaciones profesionales y facilita la empatía. El concepto latino de convivencia implica comer en el mismo plato, comulgar con el anfitrión. Participar en los sentimientos del compañero libera tensiones y allana el camino a futuras tensiones.

8.   Conocimiento

Sin duda, el actual maestro o profesor es conocedor de la materia que ha de enseñar. Sin embargo, no me refiero al conocimiento intelectual, me refiero al conocimiento como a la fusión natural de competencia y convivencia. Las inteligencias múltiples.Hemos de apostar por el desarrollo de las inteligencias múltiples. Adquirir las estrategias necesarias y ser capaz de valorar al alumno inteligente en múltiples ámbitos sociales, familiares y escolares. La corriente pedagógica de Gardner debe impregnar las escuelas de hoy para llegar a lo más hondo de nuestros compañeros y de nuestros clientes: alumnos y familias. La educación es multi-inteligente.

9.   Compromiso

Como trabajadores y/o  profesionales estamos obligados a comprometernos con el desarrollo de la tarea que nos encomienda. Firmamos un contrato en el que nos comprometemos a cambio de un salario. Es este un compromiso administrativo banal aunque esencial si queremos comer todos los días.Al comprometerme (y más si hablamos de vocación) adquiero una obligación personal y profesional. Nuestros clientes y compañeros esperan de nosotros un mínimo de implicación en la tarea educativa. No vale el pasar… Las escuelas de hoy no pueden permitir profesionales que vayan a lo suyo y no participen mínimamente de un grado de implicación grupal. Ya no sirve el compromiso individual.Me comprometo con mi centro educativo, con mis compañeros, con mis alumnos y familias y al comprometerme me implico en el conjunto y adquiero una obligación y reparto satisfacciones grupales.

10.   Confianza

Cualquier cambio implica inicialmente desconfianza. No cambiamos para seguir igual. Los docentes hemos sufrido y en ocasiones padecido tantas reformas educativas dependiendo del color político de turno que ha llegado un momento que poco nos importa la Ley Orgánica de turno o el Currículo autonómico que delimita aun más las diferencias.Las reformas las tenemos que hacer en nuestro interior en nuestra manera de pensar. La confianza en nosotros mismos y en la capacidad y profesionalidad del compañero. Reformamos nuestro centro educativo si confiamos en que el cambio es y será positivo para toda la comunidad educativa.Está claro que cada vez nos piden más por el mismo sueldo (o incluso menos) y eso supone inseguridad profesional. Esta situación no debería ser la justificación a los males cotidianos de nuestras aulas.

11.   Continuidad

No se mejora o se perfecciona un producto en cuatro días. La educación supone continuidad. Los cambios se perciben con el tiempo. Cambios en nosotros, en nuestros alumnos y en los centros educativos. Desde luego, continuidad no significa hacer siempre lo mismo o lo contrario: no hacer lo que siempre hemos hecho. Tratamos de reformar para mejorar, tratamos de cambiar para reformar.Se producen pequeños cambios individuales que conllevan grandes cambios grupales. Si nos comprometemos y confiamos solo necesitamos darle continuidad al proyecto: los resultados aparecerán. Evaluar el proceso y los resultados nos posibilita realizar los cambios curso a curso para redefinir nuestro proyecto sin alterar la esencia fundamental.

12.   Comunicación

Estamos y participamos de la era de la comunicación. Los centros educativos hemos de aprender a comunicar a la sociedad lo que estamos haciendo, como lo estamos haciendo, porque lo hacemos y para que lo hacemos.Es incomprensible que los centros educativos tengamos decenas de planes y proyectos y no hayamos desarrollado un proyecto de marketing educativo. La sociedad actual no se conforma con que el maestro enseñe al alumno y el centro supla cada vez más necesidades vitales que los alumnos necesitan.Hemos de desarrollar un proyecto de marketing educativo que integre los fundamentos anteriormente descritos. Hemos de poner remedio en esa verdad a medias que cada cobra más fortaleza: si no apareces en Google es porque no eres relevante y los centros educativos deben tener la máxima relevancia social que sin duda hemos de ganarla día a día con el trabajo de cada unos de los integrantes que formamos este gran mundo llamado EDUCACIÓN.