Fusil fusilado.

Publicado el 24 diciembre 2013 por Torrens

A los 94 años ha muerto Mikhail Kalashnikov, oficialmente diseñador del arma de la que se han fabricado más unidades y la más extendida por todo el mundo: el fusil de asalto Kalashnikov AK-47.

Hace un montón de años, hacia los años setenta, un militar de la base aérea que había al lado de la fábrica de tractores de Motor Ibérica en Alepo, con los que manteníamos buenas relaciones por razones obvias y porque de vez en cuando venían a buscar herramientas o a usar equipos en nuestra fábrica, en especial los tornos, me mostró un AK 47, e incluso me dejó disparar un par de veces con el arma. El militar me contó que en realidad se trataba de una copia del fusil de asalto que los nazis ya habían desarrollado, tenían en producción y habían empezado a equipar a su ejército al finalizar la guerra.

El tema me interesó y me informé un poco sobre el asunto. De las fotos que vienen a continuación, la primera y doble es del fusil alemán MP44, y la otra es del AK47.

Parecidos ¿verdad?. Pues mirad las especificaciones:

Fusil   Peso cargado   Longitud   Calibre  Mecanismo    Ráfaga  Alcance

MP44   5,13 Kg.   940 mm.   7,92   Resorte a gas   600/min.   300 m.

AK47   4.99 Kg.   880 mm.   7,62   Resorte a gas   600/min.   300 m.

Las únicas diferencias son debidas al menor calibre de la munición, para adaptarse a la que entonces era reglamentaria en el ejército rojo.

El AK47 ha tenido tanto éxito porque es fiable, fácil de usar y muy barato de producir, y es indudable que en todas estas virtudes el equipo de Mikhail Kalashnikov tuvo algo que ver, pero también está claro que la idea inicial y los primeros planos estaban en alemán.

Antes del AK47 Mikhail Kalashnikov había fracasado en al menos cuatro concursos para proveer al ejército rojo de armas automáticas, pero tenía buenas conexiones políticas y actuaba como comisario político entre ingenieros y técnicos, y alguien, probablemente el propio Stalin le asignó el desarrollo del invento ruso sobre la base del MP44, y Mikhail Kalashnikov fusiló el fusil.

El militar sirio me contó una historia similar sobre el MIG 15, el caza ligero y sumamente ágil que llevó de cabeza a la USAF en Corea e incluso a los israelitas en Oriente Medio. Los de Mikoyan Gurevich, vieron la documentación de un nuevo proyecto en Alemania y se llevaron al equipo entero a Rusia para desarrollar el aparato.

Aunque la mayor parte de la “inteligencia” nazi se la llevaron rusos y norteamericanos, la cosa tiene sentido porque si no se la llevaban ellos alguien más lo habría hecho, lo que no tiene tanto sentido es que los rusos hiciesen pasar los proyectos alemanes por invenciones rusas, aunque los norteamericanos hicieron cosas peores.

Hace un montón de años, hacia principios de los 80 en plena crisis del petróleo por la guerra Irán-Irak, leí un libro que explicaba algunas jugadas sucias relacionadas con la economía y la finanzas, donde se relataba una de las razones por las que los rusos llegaron a Berlín mucho antes que los norteamericanos. En su ruta hacia Berlín, los aliados se desviaron hacia la cuenca del Ruhr, una de las principales áreas industriales de Alemania, que está situado al otro extremo del país, ambos en el norte, pero la cuenca del Ruhr en el extremo oeste y Berlín en el este. La razón no era otra que ir a buscar algo de la mencionada “inteligencia” de los nazis, pero también para destruir parte de ella, que no convenía a señores muy importantes.

En la II Guerra Mundial el cartel del petróleo ya era activo y como siempre se dedicaban a crear todos los problemas posibles a quien se atreviese a desarrollar un combustible sustitutivo del derivado del petróleo. A finales de 1943 después de las derrotas en Stalingrado y el norte de Africa, que habrían proporcionado a los nazis acceso a abundante suministro de petróleo, con los pocos recursos petrolíferos que les quedaban, los alemanes consiguieron alargar la guerra casi dos años más gracias a sus plantas de combustible sintético que se encontraban en la cuenca del Ruhr. El objetivo básico del desvío de los norteamericanos era destruir totalmente dichas plantas, dejándolas como un sello y eliminando cualquier rastro de documentación sobre su tecnología. Además, para evitar que más adelante el invento pudiese resucitar, varios de los técnicos que habían desarrollado la tecnología del combustible sintético y la habían puesto en producción, desaparecieron sin dejar rastro. No les preocupaban los combustibles sintéticos de manera inmediata porque en período de paz resultarían mucho más caros que los derivados del petróleo, pero preveían que a largo plazo, a medida que el petróleo fuese agotándose, les podría causar serios problemas.

El militar sirio que me mostró el AK47 también me comentaba temas relacionados con Oriente Medio. En más de una ocasión me justificó las guerrillas, intifadas y terrorismo porque según él ningún ejercito árabe podía vencer a los israelitas en guerra abierta. Solo en tanques rusos capturados a los árabes, y aunque nunca lo han hecho, Israel disponía de unidades sobradas para montar un batallón. En plena batalla los tanques árabes tenían problemas debido a su deficiente mantenimiento, e incluso se quedaban sin combustible, y las tripulaciones los abandonaban. En la fuerza aérea la cosa era todavía peor, en todos los conflictos entre árabes e israelitas algunos de los aviones árabes no fueron derribados por el enemigo sino por las mismas razones por las que se abandonaban los tanques, falta de combustible incluida. Incluso llegó a contarme algo increíble. Los árabes tienen una imaginación desbordada, hacen un uso frecuente de la fantasía y son muy orgullosos, por esta razón en aquella época corrían por Siria bastantes historias muy difíciles de creer relacionadas con las guerras. Una de ellas, que había oído varias veces era que muchos de sus pilotos eran tan fantásticos que si se les paraban los motores entraban en un picado casi vertical hasta alcanzar una velocidad tal que movía las aspas del motor y lo volvían a poner en marcha. No está mal como leyenda, pero el amigo militar me explicó que en la base de Palmira un cadete novato que hacía su primer vuelo en solitario se le pararon los motores y lo intentó, dejando un considerable cráter en medio del desierto. El amigo militar hablaba muy claro, y por eso creo que tarde o temprano lo debieron depurar.