El gráfico arriba mostrado lo explica de forma muy sencilla. Si en verano el arco mediterráneo es capaz de generar gran cantidad de energía solar, en invierno, cuando esta sea menor, serán los países nórdicos quienes suplirán esta electricidad con la eólica, cuando los vientos son más fuertes. En cada región se potenciaría la energía más eficiente.
Además, una inversión económica inicial sustancial, será recompensada a medio plazo con unos beneficios considerables en puestos de trabajo, I+D+I y en definitiva, en impuestos. Además, la subida del precio de la luz, se verá incrementada muy ligeramente, haciendo cómoda la reconversión para la sociedad.
Vídeo resumen (en inglés):
Contento como estoy de que sea Europa una vez más, quien de forma responsable de pasos en la buena dirección para salvar el planeta, he de expresar algún desacuerdo con el plan.
En el reparto geográfico de la producción energética, la región que denominan Iberia, pasa a tener una importancia vital para el resto de Europa, pasando de conectarnos con 1 GW con el resto del continente, a ser necesario una conexión de 47 GW. Esto nos haría pasar de importadores a exportadores energéticos, pero para ello el estudio considera una capacidad de generación hidroeléctrica en las cuencas del Duero y cantábrica, que dudo mucho sean viables. No se si resulta rentable incrementar los saltos de agua en favor de la energía limpia, cuando estos ponen en riesgo la salud de nuestros ríos y al tiempo, suelen requerir de la deforestación de valles enteros. Por su parte, la energía nuclear apenas si ve un crecimiento relevante, cuando hoy se demuestra una de las opciones más limpias y constantes de generación.
Esto obligará a los países de Europa a olvidarse de posibles estrategias energéticas nacionales y a poner en común sus intereses, como por otra parte ya han hecho en muchos otros casos, económicos fundamentalmente. Y espero, se dan cuenta de la fuerza que juntos pueden llegar a tener. Si la Unión usase de forma inteligente su mayor potencial, que no es otro que ser de lejos el primer mercado de consumo del mundo, podrían ejercer una presión que impulsase un cambio mundial de modelo. Por ejemplo:
Si en Bruselas se hiciese un plan para la eliminación de los vehículos propulsados por hidrocarburos para 2020, todas las compañías del sector invertirían lo necesario para no quedarse fuera de nuestro mercado, pudiendo así ofertar coches de energía limpia al resto del mundo y animando a otras naciones a seguir el ejemplo. Si no podemos convencer a EEUU de que siga nuestros pasos, una vez que tenga inundadas sus carreteras por vehículos eléctricos, no podrá negarse a proponer una legislación en consonancia.