Gabo en corto: El coronel no tiene quien le escriba

Publicado el 11 octubre 2012 por Gritanlosdedos


Si les dicen que de un gallo depende la trama de El coronel no tiene quien le escriba tal vez puedan pensar que Gabriel García Márquez les pudo haber tomado el pelo. La historia de esta obra, publicada en 1961, es una de las más sencillas que ha escrito el Nobel de literatura. Un matrimonio de setenta años, aproximadamente, tiene que hacer frente al día a día sin ingresos viviendo casi al borde de la más pura miseria. No tienen más que su casa y los enseres que ella contiene. Y un gallo de peleas heredado de su hijo difunto. Todo esto se une a la misiva que no llega y sobre la que depende su futuro económico. Esta carta siembra de incertidumbre el libro y da pie al título de esta novela cortísima. Esta epístola no es otra que la pensión que el coronel espera, pacientemente, cada viernes por correo marítimo. Con esa carta llegará  el dinero que le prometieron tras participar en la Guerra de los Mil Días.

La obra comienza con un sabor conocido en las novelas que escribió con posterioridad, donde la muerte y los duelos son parte esencial de la cultura local. Un rito donde se curten casi todos los personajes de Gabo. De hecho, uno de los temas secundarios que se pueden contemplar en esta novela es la soledad y el desamparo que sufren este matrimonio tras la pérdida de su hijo único que le hace casi rozar la orfandad. No hay razones que lo expliquen, ni flashback espléndidos como en otras obras. En esta obra vemos a un García Márquez sin florituras y sencillo en su escritura. Y como tal, dibuja a una familia pobre que agoniza económicamente y cuya única esperanza es la venta del gallo. Aquí entran en juego otros temas. La impotencia ante el establecimiento de clases sociales y riquezas se deja ver en la conformidad con la que el coronel se deja ver ante personas con una posición más elevada a la suya como Don Sabas o el doctor. La dignidad también se trata con aplomo, ya que al coronel le importa demasiado qué opinión guarden sus congéneres de él y su estado financiero. Por ello, reprimirá en lo posible los intentos por deshacerse de artículos personales y se cuidará de hacerlo con la máxima discreción.

Dejando al margen más detalles, que desvelarían el desarrollo del libro, el autor nos ofrece un relato muy particular en cuanto a la construcción de los personajes. El coronel es un hombre paciente, blando, ingenuo -a pesar de su edad-, ensimismado, interesado por la política y los asuntos internacionales y con un gran sentido del honor. La mujer del coronel sufre asma y se perfila como una persona exigente, realista y verdadera garante de la racionalidad en el hogar del matrimonio. Pocos personajes pueden presumir de tal protagonismo en una obra de García Márquez cuando la mayoría de ellas destacan por ser corales.

En fin, en pocas páginas tenemos una historia con el típico aliño made in García Márquez, con menos intensidad que las que le sucederían (ésta sólo era su segunda novela) pero imprescindible para todo aquel que lo tenga como autor de cabecera.

María José Gata


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