Hay veces que la casualidad provoca alegrías, como me pasó en este caso concreto. Y es que un amigo común, con el que me relaciono de uvas a peras me dijo que estaba tocando con un chico que seguro que me encantaría. El caso es que tenía toda la razón, y desde esa primera toma de contacto, Gabriel Moreno, tuvo en mí a un fan y a un amigo para siempre. Siempre gracias.
Poeta, cantautor, cantautor poeta, llamemos a este crack como creamos conveniente, pero degustando a pequeños sorbos esos pequeños trozos de su alma que transforma en canciones, cargadas de sentimiento y melancolía.
Escuchándole nos vienen a la cabeza autores como Leonard Cohen, Bill Callahan, Damien Jurado y tantos otros, y es de recibo decir que se nota la huella grunge en su garganta y también en sus relatos y escritos, siempre transcendentes y necesarios.
Hemos podido contar con su talento en el disco de La Voz Telúrica y volverá a echarnos un cable en el que tramamos de covers junto a la gente de Musicólogas, y como siempre digo en estas memorabílias, todo agradecimiento a la gente que hace las cosas realmente de corazón, siempre sabe a poco.
Sabe el sr. Moreno que en este humilde y sencillo blog siempre tendrá un foco de atención, un altavoz para sus canciones, y unos seguidores fieles, que al fin y al cabo, aunque no sean riquezas monetarias, todas se basan en la admiración y el respeto.
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