Y como no, ésta portada tan bonita es de la editorial Impedimenta que siempre nos ofrece una ediciones muy cuidadas (¡muchas gracias! ). En esta ocasión, Impedimenta ha rescatado esta obra publicada inicialmente en el verano de 1.869.
Gabrielle de Bergerac ha tenido la fortuna de nacer en una familia ilustre de la nobleza rural francesa previa a la Revolución. Pero también la desgracia de no contar con bienes propios, circunstancia que hará que cualquier indicio de curiosidad vital, de inquietud intelectual, quede ahogado ante la perspectiva de elegir entre dos opciones igualmente sombrías: o un matrimonio favorable con el visto bueno de su hermano (su protector) o el claustro. Su carácter noble y su naturaleza indagadora quedarán al descubierto cuando en su cerrado círculo social aparece Coquelin, el preceptor de su sobrino, un hombre pobre pero capaz de demostrar que la audacia, el saber y la belleza son valores que nada tienen que ver con la clase social.
Y es ese sobrino, pasado ya muchos años, en el ocaso de su vida, el que nos cuenta la historia. Una historia cargada de la nostalgia del anciano al contar aquéllo de lo que fue testigo en su infancia; una historia cargada de romanticismo al tratar de un amor imosible que está por encima de las clases sociales; una historia cargada de sentimientos, los sentimientos de todos y cada uno de los personajes, los cuales están perfectamente construidos; una historia trágica, al adentrarnos en la sociedad de la época y el papel de la mujer en ella.
Preciosa portada debajo de la solapa del libro.
Una mujer, Gabrielle, llena de inteligencia, amor y buenos sentimientos. Una mujer que despertará nuestra compasión al ser objeto de diversos menosprecios por parte de su hermano y su cuñada.
La verdad es que he llegado a dudar de si estaba leyendo a James o a Austen. Sin duda, os recomiendo su lectura, no dejéis pasar esta edición.