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Ninfa Monasterios Guevara (*)Ese pareciera ser el mensaje que sutilmente le hacen llegar a Muhammar Gadaffi, a través de un servicio de correo por demás innovador y difícil de ignorar: bombardeos a diestra y siniestra sobre “puntos estratégicos”, léase: cualquier sitio (urbanismo, universidad, hospital, oficina, etc.) donde pudiera encontrarse “el tirano”. Los países de la coalición repiten el esquema de otras guerras. Crean mediática y leguleyéricamente, los argumentos necesarios (según su visión del mundo) para justificar la masacre, intervención y azote a cualquier nación que tenga los recursos que ellos necesitan, independientemente que hayan sido sus más fieles colaboradores y se hayan plegado a sus intereses, por encima de los propios. En el caso de Libia, se anuncia y se divulga sin rubor alguno, que se busca “asesinar a Gadaffi”, en vista que el empecinado líder no acepta la sutil invitación que le han hecho para que deje el poder. Este tipo de actitudes se parecen a las asumidas con Saddam Hussein, quien por extraños malabarismos y piruetas propias del mejor prestidigitador, pasó de ser un excelente aliado de las potencias, especialmente de EEUU, al canalla dictador que había que borrar del mapa (junto con la cultura y edificaciones de su país, Irak) Han de haber sido muchos y muy gruesos, los secretos y confidencias que guardaba Hussein. Hubieran sido interesantes los cuentos que podría haber echado el líder irakí, si se hubiera dispuesto a volverse parlanchín. Por ello… terminó colgado. Esta misma situación debe presentarse con Gadaffi. Este hombre debe conocer, manejar y guardar mucha información sensible para los países de la coalición, a los cuales apoyó financiera y estratégicamente para evitar colapsos en sus respectivas economías. Por ello, es que necesitan a Gadaffi calladito. Así, con la boca cerrada y los secretos bien guardados… en el más allá, él se verá mucho más bonito. Mientras, se inventan todas las excusas posibles para justificar su asesinato y que la “comunidad internacional” no se vea tan siquiera espantada por tal brutalidad. En el marco de la globalización y de la “normalización” de este tipo de situaciones lesivas de la soberanía de los pueblos y las naciones, se puede hacer cotidiano “mandar a callar” a cualquiera que le estorbe, por cualquier motivo, a las potencias imperiales o sus lacayos. Se pasará del… ¿Por qué no te callas?…espetado por el Rey Juan Carlos, al “Mejor te callo yo” de las bombas, atentados, etc. Y lo harán parecer tan normal….
(*) Frente de Izquierda Revolucionaria Alberto Müller Rojas nymphamar2@yahoo.com.mx