Gajes del ejercicio periodístico en una sociedad tecno-dependiente

Publicado el 05 junio 2015 por María Bertoni

Periodista del siglo XXI.

Espectadores aprovecha que este año la conmemoración argentina del Día del Periodista cae domingo (pasado mañana) para limitarse a recomendar la lectura de dos artículos que invitan a reflexionar sobre el ejercicio periodístico a partir del análisis de algunas de las variables extra-profesionales que lo condicionan. Aunque redactados por distintos autores, para distintos medios, en distintas fechas, estos textos resultan complementarios cuando los relacionamos. El primero se publicó el 23 de mayo en el blog La Gremial de Prensa y es un informe de la delegada de los trabajadores de prensa del diario La Nación, Irene Haimovichi. El segundo data de antes de ayer y lo escribió Washington Uranga para Página/12.

Haimovichi encuentra en el vigésimo aniversario del nacimiento de la La Nación Online la excusa para repasar las últimas novedades producto de la implementación de los “nuevos modos de trasmisión de la información, que continúan siendo un espacio de exploración donde apenas van asomando algunas certezas pero siguen siendo mayores las incógnitas”. Resulta especialmente interesante la síntesis de la presentación del Plan Estratégico y la Nueva Redacción que tuvo lugar entre el 18 y el 22 de mayo pasado, un año después de la promoción de Carlos Guyot a Secretario General de la redacción y de la incorporación de Guillermo Rivaben como gerente general de la compañía.

La delegada sindical revela detalles de esa exposición, que dan cuenta de un fenómeno ni tan nuevo ni exclusivo de la empresa fundada por Bartolomé Mitre: la incidencia de la revolución tecnológica en la industria de la información. Entre las consecuencias señaladas, figuran la caída de las ventas de la edición de papel; la reestructuración de la redacción; la renovación de la interacción entre los formatos web e impreso; el aumento de la cantidad de aptitudes profesionales exigidas a redactores, editores, diseñadores; la precarización de las condiciones laborales.

A título ilustrativo transcribimos los siguientes párrafos de un informe muy completo:

Carlos Guyot explicó la necesidad de producir contenidos nativos para internet, interpretando las propias reglas de esa plataforma, así como las particularidades de las tablets y los celulares.

La propuesta de nueva redacción es el armado de una gran redacción central encargada de proveer de contenidos a las distintas plataformas. En ese espacio habrá periodistas especializados en plataforma papel y plataforma web o móvil. Se mantienen algunas secciones, aunque otras se unifican.

Los periodistas seguirán teniendo su especialización temática, pero habrá movimientos circunstanciales de dotación para fortalecer una u otra sección en coyunturas particulares. El ejemplo que dio Guyot fue deportes durante el Mundial, excedido de trabajo, lo mismo que política en tiempo de elecciones.

Habrá dos mesas de edición: papel y web. Tanto la una como la otra y toda la redacción reportan a una mesa central o directiva, con un representante de cada área, incluyendo uno que se especialice en las audiencias. El horario es prácticamente de 24 horas, aunque con distinta cantidad de dotación en cada franja horaria.

También imagina Guyot la redacción como un taller de oficio del Medioevo, con un maestro que dirige el trabajo a la vez que enseña y corrige a sus discípulos. Sin entrar en la ironía fácil, vinculando aquellas condiciones de trabajo con las del presente, según el expositor la comparación nace de la intención de recuperar la redacción como el espacio de aprendizaje que fue en otra época”.

Uranga parece haber leído el informe de Haimovichi antes de redactar su invitación a reflexionar sobre las consecuencias que los “desarrollos tecnológicos info-comunicacionales” provocaron -y siguen provocando- en las condiciones laborales de los periodistas. En el artículo que escribió para Página/12, se refiere a una “realidad que es siempre nueva dada la vertiginosa actualización tecnológica a la que asistimos” y que genera otras rutinas no sólo en el ejercicio profesional sino en los modos de consumo de la información. Marcha otra transcripción a título ilustrativo:

La mayoría de las empresas periodísticas hoy son multimedios y forman parte de corporaciones complejas, con intereses económicos y políticos. Esto tiene por lo menos dos consecuencias para quienes ejercen el periodismo. Ya no se trabaja para un diario, una radio o un canal de televisión, sino para todos ellos al mismo tiempo bajo la autoridad del mismo patrón… pero por el mismo salario. Al mismo tiempo, la presión laboral aumenta y las condiciones laborales empeoran en gran parte de los casos.

Debido al desarrollo tecnológico infocomunicacional antes señalado, los periodistas pueden y suelen estar conectados con su trabajo las 24 horas del día a través de la tecnología, del acceso a las redes y mediante el uso de teléfonos móviles híper sofisticados. A ello se suma que las encuestas realizadas sobre las condiciones laborales de los periodistas digitales confirman que éstos tienen peores condiciones de trabajo que sus colegas de los diarios impresos.

No puede afirmarse a ciencia cierta que las máquinas y las tecnologías están sustituyendo, al menos por el momento, a los periodistas. Por el contrario el desarrollo tecnológico abre nuevas oportunidades de producción y desafíos a la creatividad, aunque esto no condice siempre con la sustentabilidad económica de los medios y por tanto con la estabilidad y las condiciones laborales de los periodistas.

Mientras tanto, las empresas periodísticas maximizan su producción, optimizan costos y muchas veces obligan a sus trabajadores a realizar tareas ajenas a la profesión. Hay una nueva figura del periodista polifuncional que además de recabar la información, hacer investigación y producir la noticia. Tiene que tener también conocimientos de edición de audio y video, y hasta de manejo de otros recursos digitales vinculados con la emisión del producto final”.

Asimismo Uranga alude a cierto fenómeno de burocratización cuando utiliza la expresión “periodismo de escritorio” en referencia a los profesionales cuya tarea principal consiste en “estar atentos a las redes, a los portales y canales de noticias para obtener de allí el insumo para su tarea”. El también docente universitario observa que la “instantaneidad informativa” prima por encima de la verificación de datos, sucesos, declaraciones a través de formas idóneas. “El resultado es la reiteración de los mismos temas de agenda, casi sin matices y apenas diferenciables por los acentos político-ideológicos que imponen cada una de las empresas”, agrega.

Como para muchos el domingo es un buen día para leer, cerramos el presente post con una tercera recomendación que puede interesar a los ciudadanos atentos a la cuestión periodística y sensibles a la conmemoración del 7 de junio. Se trata de este articulito de la casa, dedicado al sistema de crowdfunding o financiamiento colectivo como alternativa posible para los profesionales cansados de trabajar al servicio de anunciantes y/o de patrones de grandes medios.