Este año visité Ibiza y desde que allá a finales de los 90 vi un reportaje de “Informe Semanal” que hablaba de la marcha ibicenca y sus discotecas en el que la banda sonora era el “Freed from desire” de Gala, siempre he asociado a la isla y por extensión a Mallorca (menos a Menorca o Formentera) a aquel disco de la cantante italiana editado en 1998 con el que consiguió un gran éxito mundial.
La canción que le daba título “Come into my life” fue la que impulsó al disco, pero no menos importantes fue el empuje que por su lado propinaron tanto “Suddenly” como la ya citada “Freed from desire” en sus labores como singles.
En este trabajo, esta chica cuyo nombre proviene de un homenaje por parte de sus padres a la musa de Dalí, nos ofrece un disco bailable, pero que en su conjunto también ofrece otros pasajes radicalmente distintos al sonido discotequero de finales de los 90. Y es que en Ibiza también hay sitio para contemplar de forma muy zen los atardeceres. Veamos paso a paso cada una de las canciones que formaron parte de este aceptable lp.
ANÁLISIS DEL DISCO.1. “Keep the secret”: El disco abre con un buen tema como es “Keep the secret”, donde se alternan bases electrónicas con efectos de viento de corte oriental (que estarán bastante presentes en otros pasajes del disco), dando lugar a una mezcla que es resultona. Canción directa, con bastante gancho, en la que ya Gala muestra su registro vocal tan suave, con esos agudos tan característicos de su estilo.
2. “Come into my life”: A día de hoy no sé si “Freed from desire” es el buque insignia o si lo es la canción título, que es la que se sitúa en el 2º lugar del disco. “Come into my life”, al igual que “Freed from desire”, tiene 2 tomas distintas dentro del lp. En esta primera se ofrece la versión clásica y con bases más machaconas de la canción. El estribillo de esta pieza es un acierto melódico, de fácil recuerdo y tarareo. El videoclip, con bailes aflamencados en mitad de polígonos en la noche, la verdad es que era algo chocante. A Gala se la veía muy guapa con sus veintipocos años por entonces.
3. “Suddenly”: Quizás “Suddenly” sea el single que menos vistoso me suena de los que se editaron. Es una canción que intenta mantener la esencia de la canción “Come into my life”, con ese aire atrevido en su melodía, pero creo que en esta ocasión no estamos ante una canción con una capacidad tan alta de empatía. Sin embargo, en su momento la canción sonó bastante. Los coros de Gala, en registro grave, crean una sensación de trance e hipnótica en los primeros compases y quizás tras ellos es donde aprecio el sector que más me gusta de la canción, donde Gala se muestra segura e incluso algo agresiva al micrófono en las estrofas.
4. “Freed from desire (slow version)”: Curiosamente ahora, quizás para descargar tanto sonido dance, se nos presenta la versión lenta de “Freed from desire”, donde Gala se relaja y deleita a la hora de cantar. Bien pensado, meter su versión cañera aquí hubiera sido saturar demasiado el disco. Con esta toma, que de primeras escuchas, si previamente conocen la versión dance, les dejará con la cara torcida, el disco empieza a aportar variedad más allá de los sonidos más bailables.
5. “Let a boy cry”: No nos confundamos. Aunque el disco ofrece sus matices, todos ellos muy interesantes y aprovechables, “Come Into My Life” es un disco principalmente bailable y animado. Por ello, ahora se nos presenta un tema que fue single, pero que en España no llegó mucho (no sé muy bien por qué motivo tras conocerla). “Let a boy cry”, precisamente porque aquí no fue muy popular, puede ser una de las joyas ocultas del disco. Es otra canción trepidante, con una nueva diana en el sentido de la melodía, que ennoblece al disco claramente.
7. “Dance or die”: Los sonidos orientales se vuelven aquí un loop constante en la canción más experimental de “Come Into My Life”. “Dance or die” es prácticamente instrumental, salvo la reiteración del título de la canción, que viene del fondo de la producción. Una pista que nos somete al trance y con la que iniciamos el viaje hacia el final del disco.
8. “Come into my life (Molella & Phil Jay edit)”: El remix de Molella y Phil Jay para “Come into my life” no aporta realmente mucho a la toma original. Quizás sería un pasaje prescindible dentro del conjunto. Lo que se consigue de esta forma es apuntalar la importancia de la canción dentro de la obra a la que titula, ya que así se iguala a “Freed from desire”, la cual sí que ofrece 2 momentos sumamente distintos entre sí.
9. “O’clock”: “O’clock” es quizás la síntesis perfecta entre los pasajes bailables y más relajados del trabajo. Una canción atmosférica en sus sonidos sintetizados y con algo de nocturnidad, pero baja en beats, lo cual le confiere un carácter especial. No es un mal episodio para finalizar el disco, pero aún queda como epílogo uno de los trallazos del álbum.
10. “Freed from desire”: “Come Into My Life” termina con “Freed from desire” en su versión más conocida, esa en la que el sonido de su electrónica es tan paradigmático de las pistas de baile de finales de los 90 y donde los tarareos de la propia Gala también adquieren un estatus más que reconocible. Estamos ante una canción realmente pegadiza y enérgica que no pasa de moda. Fue objeto de revisión por parte de Mendetz, lo cual derivó en una curiosa colaboración de la propia Gala con estos chicos de Barcelona.
RESULTADO, CONCLUSIONES Y REFLEXIONES.Este disco de Gala, que en alguna otra edición incluye algún otro remix más, supuso un gran éxito para la cantante italiana a finales de los 90 a sus 21 o 22 años de edad. Sus singles fueron muy relevantes en aquellos días y tanto “Freed from desire” como “Come into my life” son 2 pequeños clásicos del dance a día de hoy. No obstante, creo que “Come Into My Life” no se queda ahí. Creo que en conjunto es un disco muy aprovechable, en el que no todo es baile sin parar, sino que también hay espacio para otros temas que ofrecen otras facturas realmente aprovechables.
Tras este disco no supe más de Gala hasta que me la reencontré en el “Silly Symphonies” de Mendetz colaborando en el tema “Escalera”. Curiosamente, este pasado mes de julio, unas semanas antes de que yo fuera para allá, Gala ofreció un concierto en la isla de Ibiza en uno de sus afamados hoteles; si cuando yo digo que Gala me evoca a Ibiza, ¿por qué será? Su carrera continuó, pero perdió en repercusión claramente respecto a este disco que hoy analizamos. Creo que debería meterme en analizar algo más su trayectoria.
De momento, este disco, de portada bastante elegante, creo que les puede servir para pasar un buen rato y recuperar un trabajo de buena acogida comercial en su momento. Quizás en un mes tan de bajonazo como es septiembre, no sea demasiado apropiado (su momento es más apropiado para junio/julio), pero a lo mejor quizás les ayude a llevar con mejor ánimo el síndrome postvacacional, que a todos nos afecta, ¿verdad?