La profundidad intelectual de Podemos la reveló Juan Carlos Monedero, ideólogo de ese movimiento bolivariano que ahora se hace el sueco cuando tras ser defenestrado por Pablo Manuel Iglesias dijo: “Yo soy más de Galeano que de Juego de Tronos”.
Iglesias Turrión se inspira políticamente con la saga televisiva Juego de Tronos, tanto, que se la regala a Felipe VI para que aprenda a reinar.
Monedero sigue al uruguayo Eduardo Galeano, fallecido el pasado 13 de abril, por su libro de 1971 “Las venas abiertas de América Latina”.
Ambos son profesores universitarios de Políticas. No se iluminan con los clásicos, desde la antigüedad hasta hoy, por ejemplo con Maquiavelo, o Jeremy Bentham, Adam Smith, David Hume, Kant o Karl Marx, Engels, y sus seguidores.
Se guían por, digamos, Marcial Lafuente Estefanía, escritor de novelas del Oeste con pistoleros durante el franquismo más pobre, uno, y otro por Belén Esteban, revolucionaria representante del Pueblo y su Princesa.
Ese es el nivel de Iglesias y Monedero, los equivalentes intelectuales de la serie televisiva y de Galdeano.
Juego de Tronos no es más que sexo, magia y guerras del medioevo, una Guerra de las Galaxias que, como esa serie espacial, genera frikis, uno de ellos Iglesias Turrión.
El libro de Galeano también alumbró frikis, pero en los 1970: hoy es risible, aunque fue libro de cabecera de innumerables universitarios españoles amantes de las revoluciones latinoamericanas de la época de los militares espadones.
Síntesis de Galeano: como dice Belén Esteban, los conquistadores españoles eran asesinos, los amerindios víctimas inocentes de genocidio, y si eres pobre es porque te roba un rico.
Luego, la gente descubre que unas docenas de españoles conquistaron México porque les ayudaron las tribus conservadas como ganado por los antropófagos aztecas, y que algunas veces hay pobres porque son vagos, mientras sus hermanos prosperan por ser trabajadores.
Pero estas ideas son demasiado complejas para los niños que creen que cambian el mundo con facciones, ficciones y la cultureta épica de los tebeos de la Complutense, que es como Telecinco y sus antiguas Mamachico.
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SALAS