Galeradas

Por Miserable
Acabo de recibir por email la primera galerada de mi novela. Cuando he visto mi libro en el mismo formato en el que será publicado, se me ha hecho un nudo en el estómago. Es el formato en el que llegará a las librerías, y el formato en el que será leido por, espero, mucha gente.
Primera página, el título. Segunda página, las dedicatorias. Continúo pasando las páginas más deprisa, y cuando leo algunas frases al vuelo, me vienen a la memoria el momento en el que las escribí. El formato es sencillo, elegante. Letra Times New Roman, muy cómoda de leer, y lo que más me gusta: letra capitál en el comienzo de cada capítulo. Bonito detalle.
Lo único que no me termina de convencer es que aparezca mi nombre en la cabecera de todas las páginas, pero todos los libros de esta editorial utilizan el mismo formato, así que no seré yo el único que le ponga pegas. Lo que sí me parece curioso es que la obra se haya quedado en 399 páginas. ¿Por qué no 400? Puede que sea un detalle sin importancia, pero el libro tiene exactamente 39 capítulos. Nunca había pensado en redondear el número de capítulos, sencillamente iba escribiéndolos, sin más. Pero es curioso... ¿Será una señal?
Lo siguiente será imprimir la galerada y comenzar la revisión del texto. Por muchas vueltas que le dé , estoy seguro de que al final aparecerá algún gazapo o falta de ortografía que pasé por alto en las mil y una revisiones que he hecho. Me esperan largas horas de trabajo, sentado frente al escritorio con la Montblanc en ristre (el mejor uso que se me ocurre para mi pluma), junto a una taza de café humeante, corrigiendo una página tras otra mientras emulo al gran novelista que sueño con llegar a ser algún día. Será un trabajo lento, meticuloso... y ya estoy deseando ponerme a ello.
¡Manos a la obra!