Es curioso que de pequeña sólo soportaba la mantequilla si le ponía encima un poquito de sal por eso será que me gustan muchísimo las galletas de mantequilla salada, con tienen ese punto, casi imperceptible, que notas en la boca cuando ya la llevas un ratito masticando. Sencillas de hacer, se puede mantener la masa cruda en el congelador hasta que la necesites o de repente te venga alguien y no tengas nada a mano que darle. Personalmente las cosas dulces casi siempre las congelo para no tener la tentación de comérmelas, así siempre hay algo rico en el congelador, no necesito ir a la confitería de urgencia.Tengo cierta debilidad por estos bocados muy propios del norte de Europa, que hacen una curioso contrapunto de la gastronomía local: los polvorones, mantecados, perrunillas, tortas...extraordinarias delicias de estas fechas y tierras.
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