Es un cultivo característico de la región mediterránea pero en los últimos años ha ido en claro retroceso, de hecho, prácticamente se ha abandonado en algunas zonas sobre todo con el auge de otros cultivos más productivos como el de la viña. Ahora bien, productores locales de Mont-roig del Camp (Baix Camp) han decidido unir esfuerzos para sacar partido a la cosecha y han impulsado un producto nuevo: las galletas de algarroba. Con forma de pastas de té y un sabor y color que recuerda al chocolate, estas galletas están elaboradas con harina de algarroba tostada en una proporción del 18%. Se llaman ‘Mont-rogetes’ y, por el momento, se han elaborado unas 10.000 unidades, que ya se han empezado a comercializar.
En la actualidad, muchos agricultores de las comarcas tarraconenses ni siquiera se esfuerzan en desarrollar las algarrobas de sus campos porque los precios han caído en picado, incluso ya no les sale a cuenta vender la parte más preciada de la algarroba, que es su semilla. El precio estándar que se paga es de 1,50 euros el kilo, cuando antes se llegaba a los cinco euros por esa misma cantidad de producto. Además, el garrofín, la semilla, tan sólo representa el 10% del peso del fruto. El 90% restante es troceado para obtener la pulpa y sacar de ahí la harina que después será el ingrediente principal de las galletas.
Este proceso de transformación lo lleva a cabo Comercial Garrofa, una cooperativa de segundo grado que agrupa a 22 cooperativas productoras de algarrobas de toda la demarcación de Tarragona. El presidente de Comercial Garrofa, Pere Noguès, explica que “con estos nuevos dulces se pretende dar valor añadido a este cultivo característico de la zona mediterránea que ha sufrido una clara regresión en las últimas décadas”. El primer paso para obtener las galletas tiene lugar en Valencia y consiste en tostar la pulpa para, después, molerla. Una vez se obtiene la harina –medio kilo se vende a 2,5 euros– ya puede pasar a manos de la pastelería Aragonés, la responsable de la creación de las ‘Mont-rogetes’.
Dulces saludables
“Parece que comas una galleta de chocolate, pero con menos calorías y un valor nutricional superior”, explica el pastelero Jordi Aragonés, que reconoce que estos negocios apuestan cada vez más por este tipo de harina por sus características nutricionales. Y es que, dulce por naturaleza, la algarroba es baja en grasas y calorías. Según Aragonés, “cuando añades algarroba, restas azúcar” y afirma que tiene un sabor muy similar al cacao, algo que la convierte en un sustituto ideal, “difícil de detectar entre los consumidores”. Comercial Garrofa, la pastelería Aragonés y el Ajuntament de Mont-roig, que ha participado activamente en la iniciativa, confían en el éxito de la misma y en consolidar este dulce como producto propio de la localidad tarraconense.
Fuente: La Vanguardia