De siempre he sido muy detallista, cuando llegan los cumpleaños o aniversarios ya me pongo a cavilar con qué regalo sorprender a mi marido, amigas, sobrinos...
Todo esto tiene un inconveniente ya que no todo el mundo es como yo y muchas veces me llevo decepciones esperando detalles que yo hubiera hecho en según qué circunstancias y no me refiero a lo material.
"Silvia no puedes pretender que todo el mundo sea como tú" me dice mi marido..., ¡y qué razón tiene!.Estas galletas las hice para una amiga que hacía 9 años que no veía y las preparé en un santiamén ya que venía a tomar café y quería que se llevara un dulce recuerdo de nuestro reencuentro.
Daba gusto ver sus caritas. Y es que no hay nada mejor que repartir dulces y cariño. Tuvieron mucho éxito y las volveré a hacer en breve.Se conservan en una caja metálica hasta 5 días, y las puedes congelar hasta 8 semanas.
- Pica las avellanas tostadas con un cuchillo. Reserva.
- En un bol con una batidora de varillas o robot de cocina, mezcla la mantequilla y el azúcar hasta que estén bien integrados los ingredientes.
- Añade a la mezcla anterior el huevo, el extracto de vainilla y la miel. Bate hasta mezclar bien.
- A parte, en un bol mezcla la harina (tamizada) con la avena y la sal.
- Agrega a la mezcla batiendo bien.
- Por último añade las avellanas picada y los arándanos. Distribuye uniformemente.
- Si te queda la mezcla muy rígida para trabajar, añade un poco de leche hasta que quede una mezcla más ligera.
- Cubre la bandeja del horno con papel vegetal y haz pequeñas bolas del tamaño de una nuez.
- Aplana con los dedos y deja suficiente espacio entre las galletas.
- Hornea a 190ºC, unos 10/15 minutos por tandas y deja enfriar en una rejilla.
"...Si pasas por la vida repartiendo azúcar y cariño, serás más feliz :-)"
Fuente: libro Caroline Bretherton: "Pasteles, pastas, galletas, merengues, tartas, panes, dulces y salados".