No, de verdad de la buena que es por una razón noble. Una amiga mía, muy guapa y más lista aún, cumple años esta semana y ya tengo su envío galletil planificado. Para no aburrirme, he probado una nueva receta y le mandaré unas pastas finolis y éstas más todoterreno que os pongo hoy: chip cookies, o lo que es lo mismo, galletas con trocitos de chocolate negro, blanco, pistacho y nueces.
La receta, y otras muchas más, la he sacado del blog the Joy the Baker, un reducto estadounidense de golosinerías maravillosas, en el que prima el buen sabor por encima del aspecto perfecto y rebuscado al que muchos blogs reposteros nos tienen acostumbrados. Joy aporta un toque casero y especial a todo lo que hace, y ése es el estilo que a mí me gusta.
En esta receta, hay dos cosas novedosas para los que estéis acostumbrados a hacer chip cookies: mantequilla derretida, harina de fuerza y azúcar moreno. Éste último aporta un sabor caramelizado buenísimo, y la harina de fuerza hace que las galletas no sean planas y crujientes, sino más altas y blanditas. Tengo que probar aún si sustituyendo el bicarbonato por royal funciona mejor y la masa se levanta más, pero desde ya os aviso que las he hecho en dos tandas, y que han quedado mucho mejor aquellas cuya masa ha estado 2 días en la nevera!
Galletas de dos chocolates, pistacho y nuez:
Dificultad, así de primeras:muy sencilla. Probabilidad de complicaciones: hay que hacer varias hornadas porque son enormes. Presentación:de andar por casa. Sabor: caramelo con chocolate y frutos secos. Recetas de inspiración: Joy the Baker
Ingredientes (para unas 15 galletas gigantes, de 10 cm. de diámetro):
225 gr. mantequilla
290 gr. de harina de fuerza
1 cucharadita de sal (yo uso sal marina Maldon, que me gusta más)
1 cucharadita de bicarbonato sódico
300 gr. azúcar moreno
1 huevo
1 yema
2 cucharadas de leche
1 1/2 cucharadita de esencia de vainilla
chips de chocolate blanco
chips de chocolate negro
pistachosnueces
Preparación:Derretir la mantequilla al fuego o en el microondas y mezclarla seguidamente con el azúcar moreno.
Añadir el huevo y la yema, batiendo bien hasta la incorporación total de cada uno. Medir la leche y agregarla, y después la esencia de vainilla.
Ésta es una de las vainillas que yo uso: la compré en For the Cakes y es natural, con las semillas de vainilla dentro y un olor...! También podéis usar la normal de Vahiné, la incolora de Wilton o vainilla natural raspada. O nada!
Tamizar la harina con la sal y el bicarbonato, y agregarla poco a poco a la masa de azúcar. Añadir las gotas o trocitos de chocolate y los frutos secos partidos, incorporándolos bien dentro de la masa.
Tapar el recipiente y enfriar en la nevera como mínimo 4 horas, aunque a mí 2 días enteros me han venido de perlas y la segunda hornada ha salido muchísimo mejor, con las galletas más uniformemente doradas y sin extenderse tanto.
Veréis que la masa es muy espesa y difícil de repartir. No hay que hacer una bolita perfecta, la galleta se extenderá ella sola circularmente y quedará bien. Yo eché cucharadas grandes y puse 6 en cada bandeja, porque crecen un montón. Podéis usar una cucharita de postre y hacer más de inferior tamaño, pero dejando bien de espacio entre ellas.
Se cocinan en una media de 10-15 minutos: estad atentos porque dependiendo del horno igual se os hacen más rápido! a media cocción, abrir la puerta del horno y echar un poco más de sal marina sobre cada galleta y unas gotas de chocolate para que quede más bonita la parte superior de la galleta. Si hace falta, darle la vuelta a la bandeja (lo que estaba al fondo, adelante) para que se doren de modo uniforme.
El desayuno de los campeones
En cuanto veáis que ya están dorados los bordes, y en torno a los 15 minutos, ya podéis sacarlas. Puede parecer que el centro está blando y sin cocer, pero eso hará que estén más blanditas por dentro. Dejar enfriar un poco sobre la bandeja, y después pasadlas a una rejilla.
Cuando se enfríe la bandeja (si es que no tenéis más de una, como me pasa a mí, esnif) ya se puede hornear la siguiente tanda de galletas.