Hace tiempo que tengo estas fotos pendiente de enseñároslas.
Son las galletas de mantequilla que hago desde que fuimos al curso de Julia de Postreadicción.
Las galletas quedan muy ricas de sabor y además, al hornearlas, no le salen "chichones" por lo que al decorar quedan perfectas.
La receta de la Glasa Real la tenéis aquí.
Os dejo la receta de las galletas, porque me he dado cuenta de que no la tengo en el blog si no es dentro de alguna receta.
Ingredientes:
- 250 gr. de mantequilla en pomada
- 175 gr. de azúcar glas
- 1 huevo y 1 yema
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- 550 gr. de harina
Preparación:
Batimos la mantequilla a velocidad baja hasta que consigamos que nos quede como una crema. Importante no sobrebatir.
Despegamos de las paredes con una espátula.
Seguimos batiendo y vamos incorporando, cucharada a cucharada, el azúcar.
Añadimos la esencia.
Batimos un poco el huevo y la yema y se lo añadimos a la mezcla anterior muy despacito.
Cuando esté muy bien integrado le vamos echando la harina cucharada a cucharada. No nos interesa meter aire en la mezcla para que al hornear no nos salgan "chichones" en las galletas, por eso no tamizaremos la harina, ni la removeremos en exceso.
Sacamos la masa del recipiente y terminamos de integrarlo con ayuda de las manos.
Hacemos una bola con la masa y la partimos en dos trozos.
Ponemos en la mesa de trabajo un papel de horno, le ponemos encima un trozo de masa e intentaremos aplastarlo con la palma de la mano para darle una forma rectangular. De esta manera nos será más fácil darle forma. Ponemos otro papel de horno encima y con la ayuda del rodillo lo dejamos de medio centímetro de grosor aproximadamente.
Hacemos lo mismo con el otro trozo.
En una bandeja de horno colocamos los dos trozos uno encima de otro y lo metemos en el frigorífico.
Mantenemos dentro unas 3 horas.
Precalentamos el horno a 180º calor arriba y abajo.
Cortamos las galletas con ayuda de un cortapastas o con una plantilla y un cuchillo afilado y las vamos dejando en una bandeja de horno.
Las horneamos unos 12 minutos. No dejar que se tuesten demasiado ya que al enfriar endurecen.
Al sacarlas del horno las aplastamos con una espátula y las pasamos a una rejilla para que se enfríen.
Dejar pasar 24 horas antes de decorarlas.