Galletas Diamante

Publicado el 04 noviembre 2013 por Eva De Los Ríos García

Holaaaa!!! vengo con otra recetita del curso, ya os avise jejej. En el próximo mes van a ser el 90% de las recetas.
Son unas galletas perfectas para tomar con un  café o un té (o cualquier escapadita a la cocina y comernos una jijiji).
Son muy finas tanto de sabor como de textura, pero luego tienen el toque crujiente del azúcar de los bordes de la galleta. Además son muy faciles de hacer, no tienen ninguna complicación.
Reciben su nombre porque al tener los bordes con azúcar da esa sensación de brillo de "diamante".
Ingredientes:
240 gr de mantequilla pomada
4 gr de sal
110 gr de azúcar glas
110 gr de TPT*
90 gr de huevos a temperatura ambiente (importante)
430 gr de harina floja
*TPT: es la nomenclatura de "tanto por tanto". La misma cantidad de harina de almendra (almendra molida) y azúcar glas. Es decir, dividimos los gr de TPT en dos. Serian 55 gr de cada.

Elaboración:
 Pomar la mantequilla con el azúcar glas, la mitad de la harina y la sal. Al principio cuesta. Primero a una velocidad baja y vamos subiendo a velocidad alta y vemos poco a poco como se forma una cremita dura.
Añadimos los huevos uno a uno y mezclamos bien hasta integrarlos.
Y, por último, añadimos el TPT y el resto de la harina.
Es una masa blandita pero no se pega. Formamos dos cilindros de aproximadamente 400 gr cada uno y los rebozamos con azúcar blanco. Los envolvemos en papel film y los metemos al congelador.
Cuando estén congelados, vamos cortando las galletas y las disponemos en una bandeja de horno forrada con papel vegetal. Podemos sacarlo como 15 minutos antes y así las cortaremos mejor aunque no se queda una masa dura dura.
Horneamos a 165º-170º (horno precalentado) durante 10-12 minutos, dependiendo del tamaño. Aunque como siempre digo cada uno conoce su horno y sabe mejor que nadie cuanto tarda dependiendo de que cosa.
Cuando veais que se empiezan a dorar los laterales ya están, no tiene que quedar muy doraditas.
Las pasamos a una rejilla y las dejamos enfriar completamente. Por supuesto no hace falta hacerlas todas, podemos dejar un cilindro en congelador y cuando nos apetezca o tengamos visita las sacamos, cortamos y horneamos.
Y, por último...¡COMER! bueno también se pueden guardan en una lata ejeje.
Probarlas ¡están buenísimas!