Florita se ha levantado con una resaca terrible. Extraño, muy extraño. ¡Pero si tan solo se mojó los labios con un poco del champán que Emanuelle trajo a la fiesta de Navidad! Medio a rastras llega a la cocina y extrae del botiquín un bote de aspirinas que procede a engullir cual aspiradora. ¡Si le dejara de dar vueltas la cabeza! Florita se deja caer en el sofá de capitoné mientras repasa mentalmente la noche anterior. Tras sesión de peluquería y maquillaje y recogida de su traje de la modista (es normal que en estas fiestas los vestidos tengan que ser arreglados) se dirigió al hotel donde Gourmet y en Forma celebraba la cena de Navidad. Florita, que fue muy bien educada de pequeña, preparó unas deliciosas galletas con motivos navideños para corresponder a la invitación. Cuando llegó, ya había llegado casi todo el mundo. Su jefe sueco, Olaf, venido expresamente de la central para esa cena presidía la mesa. Junto a él su mujer Higinia, directora de la filial en España, no pasaba desapercibida: un zafiro del tamaño de un puño colgaba de su cuello, regalo sin duda de su amante esposo que, tras olvidar otro año más su aniversario había tenido que compensarlo "con creces". A los dos lados de la mesa el equipo al completo de Gourmet y en Forma engullía sin preocupación canapés, pato a la naranja, chuletón en su jugo, langosta a la mayonnaise y hamburguesitas de Tofu (bueno estas últimas, no tanto). Emanuelle descorchó el champán y tras esto, los recuerdos de Florita se volvieron borrosos: bailes, risas, llantos, gritos, máscaras africanas... ¡El champán! ¡Alguien debió de poner "algo" sin duda! Preocupada, Florita corre a por su bolso para buscar el teléfono de Emanuelle. Si ella,que tan sólo probó un sorbito, se ha levantado así, cómo estará él que no soltó la botella más que para chupar alguna que otra cabeza de gamba. Nerviosa, vacía el bolso sobre la cama y cuál es su sorpresa cuando además de los klinex, el pintalabios y el móvil, un pedrusco pesado y de color azul, cae de su interior... En ese mismo instante el móvil se pone a sonar. "¿Diga?"- pregunta temblorosa. Al otro lado del teléfono una voz se ríe de una forma terrible. A lo lejos, comienzan a oírse las sirenas de la policía acercándose...INGREDIENTESPara la masa (dependiendo de la cantidad de galletas que se quiera)- 3/4 taza de mantequilla blanda en trozos- 1 taza de azúcar- 2 huevos- 1/2 cucharadita de vainilla o de ralladura de limón o mezcla de ambas
Florita se ha levantado con una resaca terrible. Extraño, muy extraño. ¡Pero si tan solo se mojó los labios con un poco del champán que Emanuelle trajo a la fiesta de Navidad! Medio a rastras llega a la cocina y extrae del botiquín un bote de aspirinas que procede a engullir cual aspiradora. ¡Si le dejara de dar vueltas la cabeza! Florita se deja caer en el sofá de capitoné mientras repasa mentalmente la noche anterior. Tras sesión de peluquería y maquillaje y recogida de su traje de la modista (es normal que en estas fiestas los vestidos tengan que ser arreglados) se dirigió al hotel donde Gourmet y en Forma celebraba la cena de Navidad. Florita, que fue muy bien educada de pequeña, preparó unas deliciosas galletas con motivos navideños para corresponder a la invitación. Cuando llegó, ya había llegado casi todo el mundo. Su jefe sueco, Olaf, venido expresamente de la central para esa cena presidía la mesa. Junto a él su mujer Higinia, directora de la filial en España, no pasaba desapercibida: un zafiro del tamaño de un puño colgaba de su cuello, regalo sin duda de su amante esposo que, tras olvidar otro año más su aniversario había tenido que compensarlo "con creces". A los dos lados de la mesa el equipo al completo de Gourmet y en Forma engullía sin preocupación canapés, pato a la naranja, chuletón en su jugo, langosta a la mayonnaise y hamburguesitas de Tofu (bueno estas últimas, no tanto). Emanuelle descorchó el champán y tras esto, los recuerdos de Florita se volvieron borrosos: bailes, risas, llantos, gritos, máscaras africanas... ¡El champán! ¡Alguien debió de poner "algo" sin duda! Preocupada, Florita corre a por su bolso para buscar el teléfono de Emanuelle. Si ella,que tan sólo probó un sorbito, se ha levantado así, cómo estará él que no soltó la botella más que para chupar alguna que otra cabeza de gamba. Nerviosa, vacía el bolso sobre la cama y cuál es su sorpresa cuando además de los klinex, el pintalabios y el móvil, un pedrusco pesado y de color azul, cae de su interior... En ese mismo instante el móvil se pone a sonar. "¿Diga?"- pregunta temblorosa. Al otro lado del teléfono una voz se ríe de una forma terrible. A lo lejos, comienzan a oírse las sirenas de la policía acercándose...INGREDIENTESPara la masa (dependiendo de la cantidad de galletas que se quiera)- 3/4 taza de mantequilla blanda en trozos- 1 taza de azúcar- 2 huevos- 1/2 cucharadita de vainilla o de ralladura de limón o mezcla de ambas