Game Over

Por Papacangrejo @Papicangrejo

Llevaba un tiempo rumiando la posibilidad de retomar el ejercicio físico como elemento diario en mi vida.
Pero lo cierto es que me resistía, desde que me sume al movimiento #PapasbloguerosGetFit que duró lo que duró, el deporte no ha sido más que un recuerdo o la meta que se aleja a cada paso, principalmente por mi auto boicot.

Me he acostumbrado a vivir con dolor, cuando no es una parte de la espalda es otra, pero como dice mamacangreja, soy joven para tener que vivir siempre con dolores ¿qué pasará dentro de 5 o 10 años?

Precisamente por eso he tomado la decisión de incorporar de nuevo el ejercicio a mi vida, pero para curarme en salud, me he apuntado a un gimnasio que hay cerca de casa, porque si además está lejos, seguro que no voy ni la mitad de los días.

Lo mejor es que hay un montón de máquinas pensadas para personas con espaldas maltrechas como la mía, por lo que hago los ejercicios que me han recomendado con tranquilidad, no me gustaría que fuese peor el remedio que la enfermedad.

También me gusta, al menos a la hora que voy yo, que no es el típico gimnasio lleno de chicos y chicas con cuerpazos, cuando yo entro por la puerta, sobre las 9:30 de la mañana, bajo la edad media a unos 58 o 60 años, para que os hagáis una idea. Se ve que los abuelos le han cogido el gusto a las máquinas de ejercicios de algunos parques y al coger fuerza han dado el paso siguiente.

A primera hora el grupo los completamos la ciega, el desfigurado, los gordos y algún discapacitado mental que ejercicio no hace, pero charla por los codos con todo el mundo. Ojo, no me malinterpretéis que todos tenemos derecho a hacer deporte, pero no es el típico público que yo había conocido en otros tiempos, en otros gimnasios, en otros horarios.

A medida que pasa el tiempo, a partir de las 10:30 empieza a llegar gente más joven, gente más curtida con las pesas, más carne de gimnasio, mientras los madrugadores vamos desapareciendo casi al mismo ritmo.

En fin, espero aguantar unos meses y ponerme un poco en forma y dejar atrás los dolores y las limitaciones físicas de mi flojera, porque de momento estoy hecho polvo y me quedo dormido por los rincones.

P.D: Yo no hablo con la gente, que os conozco, yo soy de los gordos asociales.