Por si no habéis leído las anteriores entradas, el viaje a Gante surge de una escapada que realizamos de 4 días a Bélgica, nos alojamos en Bruselas y nos movimos en tren.
A Gante llegamos en tren con un billete combinado que nos llevaba en el mismo día a Gante y Brujas. No lo hagáis si podéis evitarlo. Gante merece un día para él solo al menos, tiene mucho para visitar.
Gante se encuentra en la mitad del camino entre Bruselas y Brujas, a unos 50 km de cada una. La estación de tren (Sint-Pieters) no está en el mismo casco, pero a la salida está el tranvía que te lleva en no más de 15 minutos al centro. Las máquinas expendedoras de los billetes para el tranvía no admiten cambio, así que procurad llevar dinero suelto. Nosotros elegimos la parada de bajada guiados por la apariencia y la cantidad de gente, vamos, por sentido común. La carretera cruzaba un amplio canal, el primero que vimos, y allí mismo comenzamos nuestro itinerario por la ciudad.
Llegar a Gante y salir de la estación fue impactante, no habíamos visto tantas bicicletas juntas estacionadas en ningún lugar. Era divertido imaginar cómo sería entrar en ese amasijo de hierros para buscar y sacar tu bicicleta.
Luego, una vez que bajamos del medio de transporte, nos dejamos engatusar por las primeras imágenes y el ambiente de la calle comercial a la que habíamos ido a parar.Gante es una ciudad universitaria.
La riqueza arquitectónica de Gante es una muestra de la importancia histórica que ha tenido esta ciudad, en la época medieval fue una de las más importantes ciudades europeas.
TORRE BELFORT DE GANTE (Torre del Campanario)
Uno de nuestros primeros puntos a visitar fue la Torre Belfort. Dado que íbamos justos de tiempo, no queríamos dejar de subir a su campanario para tener una vista aérea de la ciudad.
Durante el camino hasta llegar allí estábamos ya atrapados, a pesar de todas las obras, por las calles de esta ciudad flamenca.
La Torre del Campanario data del s.XIV y tiene 91 metros de altura. Este tipo de torres es típica de las ciudades flamencas, eran un símbolo de la ciudad, pero no tenían una única función decorativa, su principal funcionalidad estaba al servicio del pueblo, avisaba de ataques, servía de llamada para notificar asuntos importantes, etc.
En su punta encontraréis un dragón dorado. No es el original, es el tercer hermano de la saga. Una vez dentro de la torre y mientras estéis en el ascenso, encontraréis los anteriores. Este dragón pretendía ser un símbolo de defensa y protección de la torre.
En el interior del campanario también tendréis acceso a la cámara donde se guardaban en papel los derechos y privilegios de la ciudad y sus habitantes. Una cámara oculta y protegida. Hoy, se encuentran allí cuatro esculturas que estaban en la torre, de las cuales solo una de ellas es la original, y que debido a su estado tuvieron que ser sustituidas.
Las vistas desde arriba son una maravilla, es un lugar estupendo para tener una buena panorámica de la bonita ciudad de Gante.
Uno de los edificios que podréis divisar de una manera única es la Iglesia de San Nicolás.
IGLESIA DE SAN NICOLÁS
Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Tuvo que ser reconstruida en gran medida en los años 60 debido a lo deteriorada que quedó tras las Guerras Mundiales y otros conflictos bélicos de la Historia.
Llama la atención el color de su piedra que se debate entre el gris y azul, propio del estilo arquitectónico que se le atribuye, el gótico escaldado. Sus orígenes datan del s.XIII, aunque en el emplazamiento donde se levantó, anteriormente, se encontraba otra iglesia que fue arrasada por el fuego.
Fueron los comerciantes los que en su día invirtieron en su financiación. De ahí que esté dedicada a San Nicolás, patrón de los gremios. De hecho su ubicación está muy próxima al Korenmarkt.
KORENMARKT: una plaza llena de vida
Esta amplia plaza, cruzada simultáneamente por peatones, tranvías y ciclistas, antiguamente, era la plaza del trigo, donde se llevaban a cabo los intercambios comerciales de este producto. Hoy por hoy, es la plaza central de la ciudad y punto de encuentro para sus habitantes.
Es un centro lleno de vida. Destaca el antiguo edificio de correos con su torre del reloj, construido en el s.XIX, y que alberga en su interior un centro comercial.
CATEDRAL DE SAN BAVON: y el bautizo de Carlos I
Carlos I de España y V de Alemania, antes de ostentar este título, era Carlos de Gante. Esta ciudad fue quién le vió nacer, y el Monasterio de Yuste, en España, quién le vio morir.
En su primera etapa de vida, fue en este lugar donde recibió el bautismo. Entonces la iglesia románica comenzaba su conversión a un templo gótico. Cuando le llegó la muerte al emperador aún no se había finalizado …
Su torre, de más de 100 metros, resalta en el perfil de la ciudad. En su interior se halla la obra de arte más popular de los hermanos Van Dyck, “La Adoración del Cordero Místico”, considerada como una obra maestra dentro de la corriente pictórica flamenca, y lleva consigo el lastre de ser una de las obras que más veces se ha robado en toda la historia.
PUENTE DE SAN MIGUEL: ¿Hacia dónde mirar?
Llegar al Puente de San Miguel es sucumbir a la imagen más bonita de Gante. Hacia el punto cardinal que mires encontrarás unas estampa que te enamorará.
El puente de San Miguel cruza el río Leie. Allí, encontrarás a cada uno de los lados, Graslei y Korenlei, dos muelles que conforman lo que fue el antiguo puerto medieval de Gante.
Otra de las vistas que te regala es la del núcleo de la ciudad, con las protagonistas torres flamencas asomando una detrás de otra. (Iglesia de San Nicolás, Catedral y el campanario)
Si miras justo hacia al lado opuesto encontrarás la Iglesia de San Miguel, de estilo gótico y construida en el s.XV.
GRASLEI Y KORENLEI: antiguos muelles del puerto medieval
Dos muelles, uno el de las hierbas y otro el del grano en un lugar que era núcleo de transacciones comerciales. Un puerto lleno de vida durante la Edad Media y que hoy conforma uno de los rincones más populares y pintorescos de Gante.
Las casas que hay a cada uno de los lados son casas gremiales que albergaron profesionales de diferentes sectores: panaderos, cerveceros, pescadores…
Gante prosperó, sobre todo, gracias a la industria textil, algo que les hizo poder ser autosuficientes a los habitantes de la ciudad en la Edad Media. A este puerto llegaban materias primas variadas y se convirtió en un núcleo de gran relevancia comercial.
CASTILLO DE GRAVENSTEEN: el castillo de Gante
Conocido también como el Castillo de los Condes.
En el s.IX se levantaba el primer castillo de Gante. La apariencia que tiene actualmente, es del s.XII, manteniendo prácticamente intacto su sistema defensivo.
Un castillo que a lo largo de la Historia ha pasado por diferentes funcionalidades, a parte de la de fortaleza, pasando por Casa de la Moneda o cárcel, entre otras, y acabando ahora mismo en una atracción turística (que nos conformamos con ver por fuera) y también en lugar de protestas para los habitantes de Gante.
Pegado al castillo se encuentra la plaza Sint-Veerleplein, donde se llevaban a cabo ejecuciones, una columna en dicha plaza marca el punto en el que se hacía. También podéis encontrar la antigua entrada a la Lonja del Pescado.
Desde este punto se está a un paso del Barrio del Pathersol
BARRIO DEL PATHERSOL
Un lugar en el que a pesar de estar a un paso desde el Castillo de los Condes, no nos dió tiempo a adentrarnos. Éste es un conjunto de callejuelas típicamente medievales de carácter obrero y que, hoy por hoy, dicen que lleno de encanto. Así que, aquí lo dejamos para los que aún estáis a tiempo de no perdéroslo.
La ubicación de Gante, en la confluencia con los ríos Lys y Escalda, la convirtió en un punto trascendental en el desarrollo de la ciudad. Y también es responsable de su maravillosa apariencia entre canales.
LA IMPROVISACIÓN: déjate enamorar
Si algo nos encantó de Gante, a parte de los puntos que hemos comentado, fue el paseo por sus calles empedradas.
Salirnos de los puntos estratégicos para cruzar los diferentes puentes que dejaban a cada lado preciosos rincones que se reflejaban en el agua oscura de sus canales.
Las calles estrechas, los tejados escalonados típicos de la arquitectura de la zona. Las pequeñas terrazas escondidas…
Improvisar es un punto del viaje para el que siempre hay que intentar dejar, al menos, un ratito del tiempo disponible. Aunque vayas un poco apretado, es necesario dar una oportunidad al destino que se visita para que te sorprenda con algo que no hayas leído o nadie te haya contado.
Un café, un escaparate, un callejón que no parece tener nada. Ese paseo un poco al azar en el que no hay que mirar el mapa, solo probar suerte.
Gante es uno de esos lugares en el que pasear es un placer, y merece la oportunidad dejar un espacio para simplemente mirar sus detalles.
¡Gante nos encantó!
Si queréis saber más sobre nuestro viaje a Bélgica:
Bruselas I: ¿Qué visitar en una escapada?Bruselas II: ¿Qué visitar en una escapada?Bruselas III: ¿Qué visitar en una escapada?Un paseo por Brujas
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