Garafía existe

Por Siempreenmedio @Siempreblog

La Naturaleza duele de tan bonita que es en el municipio palmero de Garafía. Laderas verdes, hondos barrancos, vegetación espesa en los montes, costa rebelde y mucha historia defendida por los hombres y mujeres que habitan sus barrios. Hoy, 13 de junio, es el día señalado por muchos garafianos en el calendario, San Antonio de Pádua, al que se honra en las fiestas de San Antonio del Monte. Este enclave natural apenas está construido, más allá de la iglesia, la zona recreativa, el albergue y la Cooperativa de Ganaderos Artesanos... es la tierra y la vegetación la que reina. En este lugar se reúnen una vez al año todas las alegrías que produce esta tierra. Y ese momento festivo es muy necesario, porque Garafía es la Canarias vaciada, esos barrios cargados de patrimonio natural y cultural que se quedan sin jóvenes ni niños, obligados a buscarse los estudios fuera, y que ya no regresarán porque su lugar de nacimiento no les ofrece los medios para desarrollar la profesión para la que se han preparado. Garafía sobrevive gracias a una población en su mayoría envejecida que resiste, a pesar de tener un centro de salud o una tienda de alimentos mucho más lejos de lo que necesita.

Cada vez que el muro de una casa antigua se cae perdemos un poquito de historia y defraudamos a esos antepasados que construyeron con sus manos esas paredes. Garafía existe y buena parte de su territorio es Reserva de la Biosfera, lo que protege su belleza natural pero también impide emprender y restaurar a golpe de cansancio burocrático. Por eso, la alegría de San Antonio del Monte cada 13 de junio es tan importante, nos mantiene los recuerdos vivos, a los que pueblan todavía Garafía, a los que tuvieron que marcharse por salud, compañía, educación o trabajo y a quienes, como yo, esta tierra puebla todos nuestros recuerdos felices de la infancia, de la vida.