García Márquez: Las últimas gotas de tinta de un genio para la eternidad

Publicado el 21 abril 2014 por Sergio Ampuero Mata @SergioMata_86
Desde el pasado jueves, las letras se han teñido de negro. Lloran lágrimas de tinta al recordar que Gabriel García Márquez, uno de los mejores escritores de la historia de la literatura fallecía por neumonía en infección en las vías urinarias. El colombiano, defensor a ultranza de esta profesión que me atrapa y a la que me debo (“El periodismo es el mejor oficio del mundo”), dice adiós dejando un legado de palabras de las que agarran el alma y paralizan los sentidos. De aquellas que no mueren por 100 años de soledad que pasen por su lado, de esas cuya crónica de su muerte anunciada jamás querrás escribir, palabras que sobrevivirán a los tiempos del cólera aún por encima del amor….
Porque si de algo sabía Márquez era del amor, de ese “sentimiento contranatural que une a dos desconocidos en una relación mezquina e insalubre, cuanto más intensa, tanto más efímera”, de aquello que “se hace más grande y noble en la calamidad” bajo la atenta mirada del corazón. Esa sensación que te secuestra el alma y de la que sólo aprendes con los años… Porque “también el amor se aprende…”, se aprende que “hay que ser infiel, pero nunca desleal", que "ofrecer amistad al que busca amor es dar pan al que se muere de sed”. Y por encima de todo, se aprende que es el único sentido de esta vida que nos engulle…
Porque...
...“Lo único que me duele de morir, es que no sea de amor".

Por Sergio Mata