Gabriel García Márquez.Todos los cuentos.Debolsillo. Barcelona, 2013.
Desde La tercera resignación, un cuento de 1947, hasta El avión de la bella durmiente, de 1982, los relatos que Gabriel García Márquez fue escribiendo a lo largo de treinta y cinco años los agrupó en cuatro volúmenes: Ojos de perro azul, Los funerales de la Mamá Grande, La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada y Doce cuentos peregrinos.
Esos cuentos no alcanzan probablemente la altura descomunal de novelas como Cien años de soledad, El otoño del patriarca o El amor en los tiempos del cólera, pero contienen una parte fundamental del legado literario del colombiano, que dedicó a la técnica del género una serie de artículos teóricos imprescindibles.
De hecho, con sus primeros cuentos García Márquez empieza a construir un universo muy personal que pone los cimientos de El coronel no tiene quien le escriba o de Cien años de soledad. La imaginación, el realismo mágico, el decorado del trópico caribeño y los personajes desolados o excesivos contienen la semilla de su obra mayor y ponen los fundamentos técnicos y temáticos sobre los que se construirían sus novelas.
Fue así como nació Macondo en el Monólogo de Isabel viendo llover en Macondo o en los funerales de quien fue soberana absoluta de aquel lugar, y, sobre todo, fue en esos primeros cuentos donde García Márquez encontró el tono de voz que le permitiría acometer empresas narrativas de más largo aliento: es la voz del demiurgo, del contador de historias que en cada relato parece estar fundando el mundo, nombrando las cosas por vez primera.
Esta teoría y práctica de vasos comunicantes entre sus novelas y sus cuentos explican La increíble y triste historia..., un relato posterior a Cien años de soledad que desarrolla un episodio esbozado en la novela.
Lo culto y lo popular, la tradición oral y la lectura de Faulkner, la realidad cotidiana y la irrupción natural de lo fantástico, la narrativa clásica y las aportaciones contemporáneas... Todo eso integra la argamasa con la que García Márquez crea el prodigioso edificio de su literatura, hecha de una difícil mezcla de arcilla y mármol que da lugar a un milagro creativo en cada uno de los cuarenta y un cuentos de este volumen.
Porque cada uno de estos cuentos es una pequeña obra de arte que tiene valor por sí misma y constituye una pieza fundamental e imprescindible en el pasmoso universo literario de García Márquez.
Un año después de que Mondadori reuniera por primera vez en un solo volumen en tapa dura la totalidad de la narrativa breve de García Márquez, que escribió estos textos a la vez que algunas de sus obras mayores o como preparación en cuanto a tono, ambientes, enfoques o personajes, aparecen ahora en un formato más asequible, pero con el mismo cuidado editorial, en Debolsillo.
Santos Domínguez