El máximo mandatario blanco no podía permitir que el dúo Messi-Neymar monopolice el fútbol y todo lo que lo rodea en los próximos años y por eso va a tirar la casa por la ventana para que Cristiano tenga su alter ego particular en la plantilla. Partiendo de la base de que según Florentino el fichaje de Kaká ya está amortizado desde el punto de vista publicitario y económico, lo de Bale será una ganga, pero hablando estrictamente de fútbol la necesidad de que el Madrid reviente el mercado con esta operación es al menos discutible. El galés es muy buen jugador, para mi gusto lejos del Olimpo donde están el portugués y el argentino, pero puede ser uno de los aspirantes al trono de rey del fútbol. Pero de momento es sólo uno más del pelotón de perseguidores de los dos más grandes, aunque va a llegar con precio y ficha desorbitadas para lo que ha hecho hasta hora en el fútbol.
Con Cristiano partiendo desde la izquierda y la posición de mediapunta con muchas opciones en la plantilla, tiene toda la pinta de que Ancelotti va a tener que hacerle un hueco en la banda derecha a Bale en el once inicial. El chaval tiene tanta presencia física y una zancada tan poderosa que es capaz de jugar en cualquier lado del terreno de juego, pero pegado a banda derecha ha jugado muy poquito, por no decir nada. Ahí el Madrid tiene, al menos de momento, a Di María, perezoso en el último año pero un futbolista muy a tener en cuenta si está en plenitud física. Bale mejora al argentino, pero no tanto como el precio de salida que uno y otro presentan. Está claro que nadie se va a acordar del precio si el chaval se sale y la rompe desde el principio, pero parece evidente que el fichaje de Bale responde más a cuestiones de ego de un presidente obsesionado con la idea del equipo global que a razones estrictamente futbolísticas.
Carletto tendrá la responsabilidad de sacar el máximo provecho de un gran jugador, que a partir del primer día que se ponga la camiseta del Real Madrid se va a dar cuenta que la presión que existe en este club no la sentirá en ningún otro equipo del mundo. Eso sí, si la rompe desde el inicio también se dará cuenta de que jugando en el Madrid va a alcanzar una dimensión que en el Tottenham tan solo podría soñar. ¿Capricho caro o necesidad real? Una vez más, el juego nos dará pronto la respuesta.