Garnacha SSA (sin sulfitos añadidos)

Por Rumbovino @rumbovino
Desde que comenzamos con Rumbovino hace más 8 años siempre tuve presente que quería escribir para la gente común, para los bebedores de a pie, para aquellos que pagan los vinos que consumen y que si por nuestro consejo pagasen lo menos posible por algo de buena calidad (lo que llamamos RPC de toda la vida) mejor que mejor. No obstante la inercia y las ganas de probar siempre cosas nuevas y de aprender más y más, a veces hace que sin querer te alejes del objetivo que te motivó a escribir. Me suele pasar con frecuencia y no quiero que así sea, debo corregir el rumbo cada poco tiempo y mucho más ahora donde la movida de los vinos ecológicos o naturales (a los que adhiero y consumo) está ganando terreno y son pocos los que se ajustan a los bolsillos de la mayoría de los mortales bebedores. Quizá sea uno de los puntos más críticos de estos vinos.
Toda esta retahíla que he soltado como introducción tiene sentido porque hoy quiero escribir sobre un vino para todo el mundo, de esos que te encuentras en un supermercado, lugar en los que reconozco hace tiempo no compro una sola botella (porque normalmente no me atrae nada de lo que ofrecen). Lo crucé de casualidad y me llamó la atención su etiqueta, sobria pero bonita, “DAVIDA Sin Sulfitos añadidos” cosecha 2018 a un precio de 3,75€. La no adición de sulfuroso por sí misma ya me pareció una gran cosa y solo por eso quería probarlo, pero además por ese precio no tenía nada que perder, así que fue directo a la bolsa.
Se trata de un tinto de uva Garnacha elaborado por bodegas Aroa (aunque no se mencione en la botella ni en su web). Esta bodega es pionera en la D.O. Navarra en la recuperación de prácticas de agricultura ecológica y biodinámica y sus viñedos están certificados en ecológico. Este vino no tiene el sello de ecológico pero sí lo tiene de Vegano. En la elaboración se interviene lo mínimo posible, con una corta maceración y una clara filosofía de que sean las uvas las que se expresen. La no adición de sulfuroso es un puntazo y el resultado final es más que digno. 


Vino jugoso, de intenso color picota de capa media-alta y muy brillante. La nariz es intensa con expresión de frutas rojas frescas, notas lácticas y algo de piruleta. La boca franca con sus aromas, de taninos aún algo rústicos (está recién salido) pero con frescor y buen equilibrio. Se bebe fácil, sus 14 graditos de alcohol no se notan en absoluto.
Seguramente si a este vino lo cata un crítico (profesional o no, que de esos hay muchos) le encontraría algunas imperfecciones que le quitarían puntos (a quién le importa), pero insisto, para mí y para quienes intento escribir, este tinto tiene muchísimas más ventajas que desventajas. Resumo: barato, rico, fácil de beber, SSA (te darás cuenta al levantarte a la mañana siguiente) y sobre todo sincero. Sin más… qué otra cosa se le puede pedir?
RPC: Excelente! Aplausos!
Ahí lo dejo!
Rumbovino
Más de 8 años difundiendo la cultura del vino, en favor del consumo moderado y responsable