Rusell Jones, un londinense que se había preocupado por el nuevo comportamiento de su mascota, comenta que gastó cerca de 400 dólares en exámenes para su perro quien, de un día para otro, empezó a cojear.
Bill es el travieso Lurcher que imitó el cojear de Rusell, luego de que a su dueño le pusieran un yeso en su pierna derecha a causa de un accidente. “Invertí 300 Libras (409 dólares) en los veterinarios y en radiografías y no le pasa nada malo. Es simplemente empatía. Lo quiero”, escribió Jones en una publicación compartida más de 29.000 veces en redes sociales.
En el video compartido por Rusell se puede ver al inseparable par caminando: su amo enyesado, y el can imitando su movimiento por el mal caminar que producen las muletas.
Según los expertos, varias criaturas imitan a otras dentro de su propia especie. Las personas imitan a otras personas, así como los pájaros imitan a otros pájaros. También los primates no humanos como los monos y los simios imitan a otros en su grupo.
Y gracias a Bill, hemos confirmado que los perros no solo imitan a otros canes, también copian lo que hacemos.