Russell es un gato que ha pasado el último año y medio en una clínica veterinaria de Carolina del Norte recuperandose de un incendio que quemó su cara y el cuerpo, le hizo perder la punta de las orejas, y destruyó la casa de su familia.
Como él ha estado mejorando, también Russell se ha acurrucado con un montón de nuevos amigos que han sido sometidos a sus propios tratamientos.
"Él quiere ser amigo de todos los animales", dice Megan Maus, un técnico veterinario en el Hospital de Emergencia Animal y de atención urgente. "Él es un gato muy curioso. Un pequeño gato muy cariñoso."
Un bebé ciervo, ahora llamada Darla, llegó esta semana, por ejemplo.
Ella había sido descubierta en el jardín de alguien. Esa persona estuvo alerta por si la madre regresaba. Cuando Darla intentó - y no pudo - alimentarse de un perro local, se determinó que la madre fue probablemente muerta, y el bebé probablemente iba a necesitar algo de ayuda.
"Así que nos la llevamos", dice Maus, la clínica, trata la fauna salvaje lesionada, además de los animales de compañía.
Russell, a su vez, a adulado todo a su nuevo amigo. Comparte su cama y abrazos con el cervato.
La mayor parte Russell está acompañado de perros que han venido a través del hospital de animales, como un perro callejero Chihuahua llamado Roscoe, cuyo ojo se lesionó después que fue atacado.
Un labrador callejero llamado Ardilla que fue golpeado por un coche en breve también se encontró con la bienvenida de Russell en su vida.
Estos perros están en otras casas ahora, y Darla ha sido dada de alta ya, ha sido enviada a un centro de rehabilitación de fauna silvestre, donde ella va a estar preparada para el re-lanzamiento a la vida salvaje.
Así que Russell está en solitario por el momento a la espera de la próxima criatura peluda en necesidad y que pueda acurrucarse.
La pregunta que muchos se hacen es: ¿Dado tanto tiempo y tantos amigos transitorios, cuando Russell irá a casa con su familia?
La respuesta es que nadie puede decir. Después de un par de docenas de cirugías y otros tratamientos, Russell no está del todo bien y su casa no está totalmente reconstruida, tampoco.
Pero él es bienvenido a quedarse.
Gracias a las generosas donaciones las cuentas médicas de Russell están cubiertas.
Russell también está equipado con juguetes y camas y hace un par de días un manojo de globos fue enviado por admiradores de todo el mundo, que han seguido su progreso en Facebook y otros sitios.
El personal ama al pequeño encantador, que incluso ronronea mientras sus vendajes se cambian. Y en la clínica, Russell a menudo se sienta con la gente en la sala de espera del hospital de animales, algunos de los cuales están teniendo realmente terribles días. Es absolutamente claro que él hace algo muy especial para todos los que llegan a conocerlo .
"Él les ayuda a dar un poco de esperanza", dice Maus. "Él es un pequeño gato muy perseverante"
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