Esta vez no se comportaron tan confianzudas como la vez pasada que me pude aproximar a unos juveniles a escasos metros; estas estaban buscando alimento en los espacios dejados entre los visitantes que usaban las playas como esparcimiento o como lugar de pesca con caña o redes. Se alimentaban en ese lugar, que era el extremo de la punta de pescados muertos de los cuales habían cientos en las playas.
Estas son algunas de las fotos que más me gustaron a pesar que esta vez estuvieron más lejos y con el sol intenso iluminándolas desde arriba.