Ya estamos en agosto y lo hemos comenzado a lo grande, sí señor, con una
ola de calor que ha venido directamente desde África para dejarnos un calorcito de lo más abrasador. Vamos, que en África se han tenido que quedar peladicos de frío por que para pasar más de una noche a más de 30ºC esa ola ha tenido que traer mucho calor para acá ¿o no?
Y nosotros, que odiamos el calor con todas nuestras fuerzas, además de vivir enganchados al ventilador (no somos de los suertudos que tienen aire acondicionado en casa) intentamos descubrir nuevas recetas que nos permitan pasar sin encender cualquier cosa que pueda desprender calor... Así que ya os podréis imaginar nuestros menús de verano: ensaladas, cenas de picoteo, alguna cosilla a la plancha y, sobre todo,
gazpacho.
Y es que el gazpacho se ha convertido prácticamente en un plato indispensable y no suele faltar en nuestras cenas e incluso muchas veces también en las comidas. Es tan fresquito, ligero y nutritivo que a mi no me importa repetir todos los días. De echo, es lo que más me acaba apeteciendo después de un día caluroso, en el que me siento a cenar y cualquier plato caliente puede hacer que salga corriendo de la habitación jajaja ¿os pasa a vosotros lo mismo?
Así que con tanto gazpacho pal cuerpo empezamos a buscar recetas nuevas para que nuestras cenas no fueran tan monótonas. Y el que os traemos hoy es una versión todavía más rica si cabe que el
gazpacho que solemos hacer habitualmente. La sandía le da un toque más fresquito y nos pareció algo más ligero. La verdad es que no duró mucho en casa!
Ingredientes- 4 tomates de rama
- 1/4 de cebolla
- 1 ajo pequeño
- 1 rebanada de pan de molde
- 1/2 pimiento verde italiano
- 500 gr. de sandía limpia
- Un puñado de cerezas
- Aceite de oliva virgen extra, vinagre y sal
- Agua fría
PreparaciónLava todas las verduras, quita la piel de la sandía y la cebolla y corta todo (los tomates, la cebolla, el ajo, el pimiento y la sandía) a trozos grandes.
En un recipiente grande en el que puedas usar una batidora añade todo lo que has troceado junto con el pan de molde, también troceado, un buen chorro de aceite de oliva, vinagre y sal.
Bátelo bien hasta que no quede ningún trozo y tenga la textura de una crema espesa.
Añade agua fría hasta que quede con el espesor que más te guste. Si quieres que el gazpacho tenga una textura aún más fina, pásalo por un chino para quitar las pieles o pepitas que se hayan podido quedar. Rectifica de sal, aceite o vinagre si hiciera falta.
Déjalo en la nevera para que se enfríe bien (cuantas más horas mejor). Antes de servirlo, trocea unas cerezas que estén bien frías, reparte el gazpacho en los vasos y añade un puñadito de cerezas y un chorrito de aceite de oliva virgen extra en cada uno.
Si tienes poco tiempo para prepararlo, puedes añadir unos hielos y triturarlos junto con el resto de ingredientes.