Pasó a formar parte del equipo de Pablo Iglesias en su congreso de Vistalegre II y se autodefine como una espartana, luchadora, defensora de los derechos inalienables de los trabajadores, especialmente los empleados de Coca Cola que, como su marido, perdieron su puesto; por su parte, poco tiempo después de iniciar tan encarnizada defensa de algunas prerrogativas laborales, nuestra espartana trabajadora pasó a situación de incapacidad laboral transitoria con el diagnóstico de depresión, desorden mental en el que se ve sumida como consecuencia de su implicación y de sus esfuerzos.
Lo malo es que sigue en la misma situación laboral un año más tarde, en el momento de dispararse la instantánea que ilustra la entrada de hoy. No soy Psiquiatra, pero la “facies” no orienta hacia el diagnóstico de un cuadro depresivo. Viva Podemos.