En los resúmenes de final de año que periódicos, revistas y suplementos culturales publicaron en diciembre de 2019, en el capítulo de mejores exposiciones aparecía en todos ellos como mejor muestra artística de las habidas en España durante ese año, la titulada “Genealogías del Arte”. Leí la noticia cuando ya sólo restaban diez días para la clausura de la misma que se produjo el pasado día 12 de enero. Afortunadamente tuve tiempo de ir a verla a la madrileña Fundación Juan March
La muestra sorprende por inhabitual. Parte de la premisa siguiente: si los elementos plásticos que se presentan y se producen son fundamentalmente visuales y concretos, por qué su explicación se realiza habitualmente a través de la palabra y de la pura abstracción. ¿Por qué no hacerla de manera así mismo visual? Los comisarios de esta exhibición artística de más de 300 objetos: Manuel Fontán del Junco, de la Fundación Juan March, José Lebrero Stals, director artístico del Museo Picassso malacitano, y María Zozaya Álvarez, jefe de proyecto expositivo de la Fundación Juan March, realizan en esta Exposición un auténtico ejercicio de Metacrítica. Es decir, los organizadores plantean y profundizan sobre las maneras que los estudiosos a lo largo del tiempo han utilizado en el análisis de la evolución artística.
Los más de 300 objetos que se muestran -pinturas, libros, diagramas, documentos, esculturas…- se distribuyen en las tres secciones que componen la exhibición subtitulada toda ella “La historia del arte como arte visual”: I, 1562-1934; II. Alfred H. Barr, Jr.: una genealogía para el arte moderno, 1936; y III. 1936-2019. Las secciones I y III sirven para resaltar la parte fundamental, la II, que consiste en la traslación al espacio expositivo central del diagrama elaborado por el que fuera primer director del MoMA neoyorquino para la exposición celebrada en 1936 en el mismo titulada “Cubism and Abstract Art”.
Pocas veces, educador como he sido durante toda mi vida profesional, he visto plasmada de mejor manera la necesidad de presentar visualmente los conceptos abstractos evolutivos, en esta ocasión del campo de las artes plásticas. Son muchos los diagramas de distinto tipo que pueden verse en esta exhibición. Varios son los estudiosos que han intentado presentar de manera clara y ¿sencilla? lo que en esencia no lo es. Algunas de estas plasmaciones son las dos anteriores de Alfred H. Barr Jr. y Michel Covarrubias, respectivamente.
No sólo los diagramas genealógicos se usan y se han usado para visualizar las artes plásticas; también como puede observarse en los dos siguientes diagramas han servido para presentar gráficamente la evolución de las Vanguardias literarias, en especial en el cartel de Francis Picabia.
Como ya he dicho la exposición lleva de las dos dimensiones del papel a las tres dimensiones del espacio el diagrama de Barr en la segunda sección de la exposición. Paseamos bajo los rótulos con las denominaciones de los movimientos artísticos que penden sobre nosotros.
Y lo podemos hacer en un sentido o en otro, es decir, a favor y en contra del tiempo,
Tal es el poder y la versatilidad de los diagramas para presentar las genealogías artísticas.
Unos diagramas que de puro creativos que son se convierten en auténticos objetos artísticos en sí mismos como puede observarse en algunos de los más recientes que he podido contemplar en tan fantástica Muestra.