La hora del flúor era todo un acontecimiento. Todos íbamos con nuestro vasito y nuestra servilletita a por nuestra dosis semanal, hacíamos el enjuague de estrictamente un minuto, y listo. Dientes sanos de por vida! O eso nos decían…
Yo reconozco que en mis dientes pudo tener su efecto, pues mi primera caries apareció hace escasamente un par de años, pero vamos, que dudo sinceramente que el flúor sea la panacea universal.
De hecho, no es
Aunque la fluoración de las aguas es algo habitual en EEUU para la prevención de la caries, muchos científicos sostienen que se trata de un “envenenamiento masivo”, que es un fraude científico, reportando muchos más peligros para la salud, que beneficios para los dientes. Aquí en España tampoco nos libramos, y desde 1990 comenzó a fluorarse el agua en muchas regiones, aunque de forma más limitada.
Los efectos tóxicos del flúor pasan por la pérdida del esmalte dental, desmineralización de los huesos, que lleva a la osteoporosis y fracturas de caderas, falta de concentración, e incluso algunos aseguran que disminución del desarrollo mental a edades tempranas. Entonces, la exposición continua al flúor que sufrimos de pequeños, ¿era para atontar a toda una generación? No entraré en si lo ha conseguido o no…
Así que cada uno saque sus propias conclusiones. Me parecía interesante tratar este tema, más que nada porque creo que el flúor es uno de los grandes desconocidos de la tabla periódica. Mi opinión personal está en el punto medio: No creo que el flúor vaya a causar grandes problemas a la humanidad, pero sí creo que quizás no se han asumido con prudencia los riesgos que conlleva el uso del mismo.