Un extraordinario recurso para lograr el éxito es generar hábitos, porque de ésa forma es muy sencillo hacer lo necesario para conseguir los objetivos que tengamos. La ventaja de los hábitos es que realizamos las cosas sin pensarlas y de forma automática. Es cuestión de enseñarle a la mente hábitos exitosos .
Si construimos hábitos, éllos nos dirigen al éxito a través de la programación de nuestro cerebro. La sociedad nos enseña que las cosas que no nos cuestan trabajo no son valiosas, pero la gente que tiene éxito consistentemente sabe que no se trata de magia sino de construir hábitos de éxito y eso lo hará muy fácil.
Generar patrones automáticos o hábitos es muy sencillo, puesto que lo hacemos todos los días. Somos exitosos para hablar, para caminar, y a veces para sabotearnos a nosotros mismos o para tener círculos viciosos. Todos esos son hábitos exitosos en ciertos contextos y aunque probablemente no nos lleven a donde queremos nos hacen saber algo muy importante: una vez que los aprendemos nos volvemos expertos en ellos. El siguiente paso entonces es volvernos expertos en los hábitos que nos ayudan y cambiar los que no lo hacen.
Es muy sencillo recordar aquellas experiencias que nos producen emociones intensas. Si alguna vez te aventaste en paracaídas seguramente sería una experiencia que recordarás por el resto de tu vida, y basta con que la hagas una vez para recordarlo permanentemente. El secreto está en que cuando pensemos y hagamos las acciones del nuevo hábito pongamos esos niveles de intensidad emocional para poder bloquear de golpe el hábito anterior y dejar instalado el nuevo. La Programación Neurolingüística ofrece muchas herramientas que nos ayudan a hacer esto.