Ahora lo que hay es cabreo, mala ostia, y ganas de encontrarse con alguien en algún sitio y decirle, quieres caldo pues toma dos tazas.
Pero aún los hay peores, son desleales, ambiciosos, criaturas viscosas, cetrinas, traidoras y que campan a sus anchas; su referente, si habeis leído o visto El Señor de los Anillos, la imagen que veis más arriba. Son los Gollum de la política, nadie les sigue y a nadie siguen, su único y particular anillo es no perder comba para estar bien colocados en los puestos de salida en autonómicas, municipales y generales.
Lo demás, es legítimo, es la lucha interna intrínseca a toda organización que se precie de tal, política, sindical, social, deportiva o de vecinos; pero en las luchas internas no todo vale, porque si no habrá que recordar a más de uno y una qué significa soberanía política y jurídica, y eso también es legítimo recordarlo, como también lo es apartar a los Gollum, porque a esos nadie los cree, NADIE, ningún sector, ni corriente, ni partido, ni familia, lo más probable es que acaben en el averno de la antipolítica, no serían los primeros ni tampoco los últimos ¡¡cosas veredes hemos visto alguna vez todos!!
Aún con todo esto para estar cabreado, me niego a sentirme apartado, voy a hacer campaña por IU en las europeas, en los actos, pegando carteles, como siempre desde 1977 cuando el P.C.E. no el pce, nos llevaba a toda la chiquillería a pegar carteles y repartir propaganda, con la misma ilusión, y sin mirar si por quien hacemos campaña son recien llegados de la lucha antiimperailista para que ocupen sillones en los salones imperiales de Bruselas ¡¡miróme y no me veo!!
¿De qué se trata entonces? Se trata de que el discurso machacón que nos acompaña desde el 15M no se acompaña de los hechos. Se trata de que los de siempre tengan que pegar los carteles para los de siempre, se trata de que se ha engañado y envilecido el discurso, se trata de que se siguen ninguneando federaciones, y se trata de decir:
Hasta aquí hemos llegado, a partir de hora si tratas de imponer tu centralismo, yo impondré la federalidad.
Por eso, y acabo con el título que da pie a este escrito, porque es nuestra tradición generosidad toda, por un bien común, por el avance de las políticas transformadoras y el cambio a una sociedad más justa. Lo otro no, es tratar de gilipollas a quien no lo es, y si se hace tiene consecuencias si no a corto plazo, si a medio, este no es el mejor momento de la historia por mucho que lo cacareen “voces federales autorizadas”, es un eslabón más.
P,.D.: A ver que listillo de los que nunca han puesto un cartel en su vida, va a elegir la cartelería, porque los que tienen brillo no hay dios que los pegue bien, se llevan medio cubo de cola, y en dos días están en el suelo.