Fernando Martínez-Vidal, portavoz de Medio Ambiente del Partido Popular (PP) en el Ayuntamiento de Madrid, con la demagogia taurina que caracteriza a dicho partido y hablando en términos de toneladas en lugar de en términos de individuos, criticó las obras del Lago de la Casa de Campo diciendo lo siguiente: «qué obsesión tienen ustedes con acabar con las corridas de toros, una cuestión puramente ideológica, y con qué facilidad acaban con 6 toneladas de peces. No sé si alguien estos días le cantará estos días "pero mira como mueren los peces en el río"». Inés Sabanés, delegada de Medio Ambiente y Movilidad por Ahora Madrid, el partido que gobierna en el Ayuntamiento de Madrid, le replicaba diciéndole que la normativa sobre las «especies exóticas invasoras» la marcan la Comunidad de Madrid y el Estado, ambas en manos del PP.
Es cierto que los ayuntamientos no tienen competencias en la aplicación de la «Ley de Especies Exóticas Invasoras» y que por tanto dicha ley les exige matar a quienes hayan sido capturados y se encuentren en la lista negra de especies que ésta contiene. Por lo tanto, según esta ley, es ilegal que el Ayuntamiento de Madrid traslade a los peces del lago a diferentes recintos (o a un nuevo lago) donde podrían ser esterilizados. También parece que es ilegal trasladar a los peces fuera de España. Sin embargo, el Ayuntamiento de Madrid, en manos del partido político Ahora Madrid, podría haber evitado el genocidio de los 14.000 peces de una de estas dos maneras:
A) No realizando las obras.
B) Realizando las obras de alguna otra manera (sin sacar a los peces del lago), lo cual no sé si es técnicamente posible en este caso.
En lugar de esto, responsables del Ayuntamiento de Madrid, del partido Ahora Madrid, han decidido realizar las obras. Toda esta innecesaria crueldad no ocurriría si el Partido Animalista PACMA gobernase en el Ayuntamiento de Madrid. PACMA ha sido el único partido político que se ha opuesto al exterminio de peces en el lago de la Casa de Campo, así como se opone a la pesca de estos animales. Lo racional y ético es que se anulen/paralicen las obras hasta que se encuentre una solución para la salud y la vida de estos 14.000 peces. Es difícil que esto suceda en una sociedad antropocentrista y egoísta, por eso es importante que cada vez se unan más personas a la causa.
Quienes queremos seguir viviendo nos oponemos a que nos maten, aunque nos maten sin sufrimiento. Matar a quien tiene interés en seguir viviendo es un hecho éticamente incorrecto y de bastante gravedad, independientemente de que a la víctima se la mate sin causarla sufrimiento (difícil de conseguir). Evidentemente, si nos matan sin sufrimiento es menos malo, pero sigue siendo algo que defendemos que no debe suceder y que así está presente en la Regla de Oro de la Ética: «A priori, los intereses no deben ser frustrados.»[3]
Lago de la Casa de Campo (Madrid) (Link)
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