Genuflexión en dos movimientos

Publicado el 19 enero 2012 por D10
Desde que repentinamente decidí meterme en el quilombo que implica realizar coberturas de los partidos, nunca había estado tan preparado como ayer. No eran las 17:30 (hora Argentina) y ya tenía la ficha del partido lista para anotar todas las incidencias, el sopcast con %7.000 de buffer, lápiz y papel para anotarme cosas del partido, la coca cola encendida, los cigarrillos bien fríos, absolutamente todo planeado. Este Real Madrid  - Barcelona había despertado mi ansiedad desde hacía unos cuantos días. Tenía esperanzas de ver otro Real Madrid. Había estado oyendo algunas declaraciones de Mourinho muy sensatas bajando los decibelios de esta locura en la que se ha convertido un simple partido de fútbol. En fin, un ingenuo.


Mientras me frotaba las manos y escudriñaba el reloj como si el tiempo fuera a acelerarse a causa de mi escrutinio, haciendo caso omiso del amigo Einstein, por fin se hicieron las 18:00 y los jugadores se aprestaban a ingresar al terreno de juego. La cámara se fue con Iniesta, y me llamó la atención la siguiente imagen:

En la rápida lectura que hice del lenguaje corporal, me pareció descubrir ansiedad en los movimientos de Iniesta pechando al que iba adelante. Como quien desea completarse llevando el cuerpo hacia el futuro en el que se ha instalado la mente. Sin embargo, viéndolo ahora con mayor detenimiento, creo advertir que se trataba de incomodidad. Iniesta vio la cámara enfocándolo, se puso nervioso (sabemos que es bastante tímido), y reaccionó como reaccionaría cualquiera ante semejante situación: Pechando a Busquets.
Por otra parte, me hizo gracia ver a Piqué entrar al campo y acordarse tarde de saltar sobre el pie derecho como hacen muchos jugadores que en cabulera actitud aseguran que entrar al campo con el pie derecho ahuyenta a la suegra, o algo así. En la imagen verán que empieza a dar saltitos cuando ya estaba casi en la mitad de la cancha. Yo sé que me lo van a discutir, pero creo que con el pie izquierdo toca una parte jugable de la cancha, perdiendo el efecto del embrujo.


Qué difícil es ser futbolista profesional. Cualquier espectador sin quehaceres sensatos puede tomar en cuenta hasta el detalle más recóndito con tal de formarse una opinión acerca de una persona a quien desconoce, y en la que desconfía ya por el sólo hecho de salir en la tele. Qué difícil será hacer una búsqueda en google y tropezar con las barbaridades que se dicen de ellos. Qué difícil habrá sido para Cristiano Ronaldo aguantarse las tonterías que le gritaban antes y después de su reacción petulante cuando dijo aquella frase de que a él le tienen envidia porque es millonario y lindo.


Uno no lo ve o no lo quiere ver, pero en el trabajo no tiene a un gordo sudado insultándolo y gritándole o escupiéndolo. Uno sale con la novia y no lo acribillan los fotógrafos, uno se enfiesta como Ronaldinho con una brasilera y no se entera nadie ni lo multan. Uno se hace una paja por el msn y le da igual a todo el mundo. Alguien podrá decirme que con la plata que tienen no se preocupan por nada. Otro espectador sin quehaceres sensatos.